La puesta en escena de la Semana Santa viene conformada por las cofradías agrupadas, que pueblan el Centro y los barrios clásicos, junto a las mal llamadas «no agrupadas», concepto negativo y tan absurdo como denominar a las primeras como «sí agrupadas»; además de un cada vez más numeroso conjunto de grupos parroquiales y asociaciones cofrades de entidad jurídica civil, con distintos niveles de vinculación el templo más próximo a su sede.

A todo esto, habría que añadir las procesiones infantiles que divulgan el sentimiento cofrade entre los más pequeños, en un amplio abanico desde los cortejos de los colegios Bergamín, San José de la Montaña, Divino Pastor o la Divina Pastora hasta otros más sencillos y casi ingenuos, pero igual de importantes. Para mediados de abril la Asociación Cultural Mi Propio Sentir va a organizar un nuevo encuentro de tronos chicos en el centro de la ciudad.

En los tiempos de crisis que vivimos es una alegría comprobar cómo siguen surgiendo y consolidándose grupos cofrades en distintos barrios de Málaga. Es un fenómeno curioso y común con otras capitales andaluzas, digno de un estudio más pausado y que seguro cuenta en sus claves con el ímpetu de la juventud, el efecto mimético de casos similares, la cercanía y prontitud que proporcionan las nuevas tecnologías, el crecimiento de la ciudad, y sobre todo la ausencia de culto cofrade en muchos barrios de una ciudad que se desborda por sus límites.

La quimera que hace años parecían los proyectos de Humildad y Paciencia, Mediadora, Jesús de los Niños, Desamparados, Medinaceli, Llagas y Columna o Encarnación, en sus respectivos barrios de Cruz de Humilladero, Girón-Delicias, San Andrés, Corazones, Martiricos, Miraflores o Dos Hermanas, viene a corroborarse con un goteo de nuevas iniciativas, con mayor o menor acierto y aceptación, pero todas con el común denominador de la ilusión (a veces desbordante) y las ganas de aportar originalidad y adquirir un estilo y personalidad propios en el corpus procesional local.

La mayoría de los casos optan por un culto pasionista, aunque hay propuestas por una futura hermandad de gloria, y así es el caso de la Asociación de Fieles de María Santísima de los Ángeles y Gloria, que surge en 2008 en la zona del Camino de San Rafael, bajo el amparo de la hermandad de Humildad y Paciencia, a la que realiza una ofrenda floral el Sábado de Pasión. Este grupo venera una bella talla del imaginero José Dueñas y cuenta con una capilla provisional en la avenida Ortega y Gasset, 15, que esperemos no sea su enclave definitivo y forme parte de una parroquia para recibir un plus de legitimidad más que deseable, más aún cuando hay templos cercanos, como Carranque, que no disfrutan de ningún grupo cofrade organizado. Por un camino más avanzado es de justicia recordar las asociaciones de fieles de la Virgen del Dulce Nombre en los Prados, Tránsito en Martiricos, o las Mercedes del Tarajal.

Distrito Este. En Pedregalejo es loable el trabajo que vienen realizando el Grupo Parroquial Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Dulce Nombre, Ánimas de Nuestra Señora Reina y Madre del Carmen Doloroso, que en poco tiempo ha sabido aunar el sentido cristiano con el buen gusto y la esencia de barrio, para ilusionarnos con la próxima bendición de su cotitular cristífero, que tendrá lugar el próximo 3 de junio, instituyéndose como la Tercera Caída de Jesús Nazareno en Málaga. Por ahora, esta corporación realiza en otoño un rosario nocturno presidido por una magnífica dolorosa dieciochesca y sus previsiones auguran procesionar en Cuaresma al Nazareno, una talla de aires añejos reformada y adaptada por el imaginero Juan Manuel García Palomo. Además, el pasado 9 de marzo realizaron el vía crucis cuaresmal en las naves del templo del Corpus Christi.

Cerca de allí, en El Palo, fue emocionante comprobar cómo una procesión de pasión discurría a mediados de marzo junto a la playa para acercase, a sones de una agrupación musical, hasta el cementerio. Se trata de la Asociación de Fieles de Nuestro Padre Jesús ante Anás y María Santísima del Valle, que incide en un novedoso momento pasional, en el que el Salvador es abofeteado por un sirviente en presencia de Anás, como inicio del proceso religioso que condujo a la condena a muerte. Estamos ante un proyecto que ha irrumpido con bastante fuerza, y que comprobó cómo el clásico entorno del levante malacitano se quedaba atónito ante un Cautivo vestido de morado que pasaba por sus calles. Los mimbres parecen de calidad para generar una gran hermandad de barrio.

El titular es una sorprendente efigie del escultor sevillano Ismael Delgado, que querrá confirmar su buen oficio con el futuro grupo escultórico. Esta imagen recibe culto en la capilla del colegio Sagrada Familia, al igual que el Niño Jesús del Gran Poder, en ubicación provisional por el cierre por obras de la iglesia del Santo Cristo.

También en la zona oriental es destacable cómo en la barriada de la Mosca recibe culto la Virgen del Sol, que este año cambia de día su salida procesional, que se convierte en un Rosario y pésame a la Virgen el Sábado Santo. De nuevo estamos ante una imagen de José Dueñas, que vuelve a prodigarse con los grupos de nueva creación.

Nuevo referente. El Asilo de los Ángeles se ha convertido en poco tiempo en un nuevo referente cofrade. El origen proviene de las visitas procesionales desde la parroquia de Martiricos, y de allí derivó la creación del grupo de fieles bajo las sintomáticas advocaciones de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de la Esperanza y Refugio de los Ancianos.

El sábado del pregón es el día elegido para su procesión, que en este año ha verificado su tercera salida, en una apuesta consolidada bajo palio tan sencilla como original, destacando sobremanera el paso por el túnel de la subida al Asilo y, sobre todo, el regreso por el impresionante desnivel de la cuesta hasta el geriátrico, así como el emotivo encuentro ante la capilla de Llagas y Columna, donde se pide la venia de paso.

El imaginero hispalense Borrego gubió una peculiar dolorosa de aires dieciochescos, con saya en sedas bordadas y manto verde, cobijada por un palio cuyas barras combinan madera y metal, con un exquisito exorno floral en un trono mixto de hombres y mujeres. En la misma capilla del Asilo se venera un portentoso Resucitado de Juan Vega, que tal vez algún día vea la luz del sol en un vialucis pascual.

En esa misma jornada la zona de Mangas Verdes se hace cofrade con sus titulares el Cristo de la Caridad y la Virgen de la Paloma, una estampa clásica de procesión de barrio, donde podemos disfrutar de una de las últimas tallas al culto del recordado Pedro Pérez Hidalgo, que transita por el peculiar pueblecito inmerso en la ciudad. Hay que celebrar cómo este culto externo se recuperó tras varios lustros de ausencia, tal vez motivado por el renacer cofrade en otras barriadas.

La calle Spiteri del barrio de Huelin alberga una capilla callejera con la Virgen Lágrimas del Carmen, y el futuro Cristo del Consuelo. Por ahora, esta bella dolorosa de imaginero veleño Israel Cornejo procesiona en otoño hasta las inmediaciones del centro asistencial Cotolengo, discurriendo por el Parque de Huelin, aunque tal vez en breves fechas la veremos unirse a la nómina de comitivas cuaresmales, lo que seguro le significará un importante revulsivo y sobre todo generará la histórica estampa de contemplar nazarenos por este histórico barrio industrial, junto a la parroquia de San Patricio.

Diversidad. Terminamos con cuatro grupos cofrades bien distintos. El primero se ha instalado en la parroquia de los Santos Mártires alrededor de la Virgen de la Misericordia, Reina de los Mártires, una dolorosa del sevillano Salvador Madroñal que sorprende por su rico y esmerado ajuar y sobre todo por haber conseguido una capilla propia en tan poco tiempo. Su análisis y circunstancias superan la extensión de este artículo.

Por otro lado, es necesario recordar al grupo de fieles del Cristo de la Llaga en el Hombro y la Virgen de la Buena Fe, un colectivo cofrade que ha vivido diversas vicisitudes en la última década, que cuenta con dos interesantes esculturas de José Dueñas, con la novedosa aportación del Nazareno que abraza la Cruz, y que está a la espera de confirmación su acogida por la parroquia del barrio de las Flores, tras un periplo semejante a la búsqueda de posada por San José para que María diese a luz. El esfuerzo y tesón de estos cofrades merece el reconocimiento de una sede definitiva. Lo contrario sería tan injusto como surrealista.

En tercer lugar, las nuevas tecnologías nos informan del proyecto cofrade que se fragua en la zona de la Granja Suárez. Se trata de la Asociación de Ntro. Padre Jesús de la Salvación en su Entrega y Ntra. Sra. de Luz y Lágrimas, dolorosa que está siendo gubiada en Córdoba por el imaginero Pedro Pila, y que es intención bendecir durante la Pascua en la parroquia de San Vicente de Paúl. La web de este grupo habla de una futura procesión para primeros de mayo, destacando el paso de la comitiva por el Parque Norte, en la zona de Nueva Málaga.

Aunque seguro que se nos quedan en el cibertintero algunos proyectos más o menos desarrollados, la última mención es para la capilla callejera que desde hace pocos días se ha abierto en un local de la calle Eugenio Gross. Al parecer se trata del grupo de Nuestro Padre Jesús de la Presentación en compañía de las Lanzas y María Santísima de la Encarnación y el Amor Divino, que tiene previsto realizar un rosario en la tarde del Sábado de Pasión, y de la que seguro poco a poco iremos conociendo más detalles e inquietudes.

Con prudencia, paciencia y cautela, seguro que la Iglesia, como Madre que es, acoge maternalmente todos estos nuevos proyectos, que expanden la semilla cofrade y católica en los tiempos descreídos que padecemos, en una sociedad que cada vez se aparta más de Dios.