Aunque en nuestro país Sean Nicholas Savage sigue siendo un secreto sottovoce, lo cierto es que este canadiense tiene todos los visos de convertirse en alguien grande. De ahí que su concierto en La Cochera Cabaret de este fin de semana sea una de esas raras ocasiones en las que uno puede asistir a lo que llaman los anglosajones: a star in the making.

Difícil describir el sonido de este hombre: ¿una especie de James Blake mucho menos críptico y más abierto a (casi) todo tipo de públicos? ¿Revisitador de la mejor tradición del pop rnbificado de los años 80? Sea como sea, él va a lo suyo, publicando desde su propio estudio (ahora reside en Berlín) más de 13 discos desde el año 2008 (no es moco de pavo: una escucha random por su repertorio revela que el control de calidad es alto). Su último trabajo se titula Magnificent Fist, y lo cierto es que contiene algunas de sus canciones má redondas... y luminosas. Porque, como dijo en una entrevista con la revista Interview Magazine, «intento hacer que las cosas suenen optimistas. No quiero añadir negatividad al mundo».

Pero Savage no viene solo; le acompaña en el cartel otro canadiense aficionado al pop de seda, tan íntimo como ambicioso: Calvin Love. Cultivador de un estilo limpio, preciso y casi enciclopédico del pop en su vertiente más elegante (y profesional: su sonido, a veces, coquetea con ese acabado ultrapulido y limpio de las grandes producciones de los años ochenta, sólo aquí en super lo-fi), acaba de lanzar el epé Ecdysis, con temas estupendos como Warm Blindess & A Cool Breeze. Así que, amantes del pop melódico y lujoso, tienen una cita inexcusable en el concierto más exquisito de la temporada.