Al nordeste de Jaén, entre una sucesión de sierras y donde el agua cursa a raudales se encuentra las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, uno de los espacios naturales más bellos de la Península Ibérica y con gra peso ecológico y cultural.

Su complejidad orográfica ha generado en estas cerca de 210.000 hectáreas la mayor diversidad vegetal de Europa, con más de 2.300 plantas, 360 en áreas reducidas y 34 endémicas del sitio. El primer Parque Natural declarado en Andalucía consolidado como el más grande España y el segundo de Europa.

Lo que más predomina en este gran pulmón son los bosques lauroides, espartales -propios de los paisajes desérticos, y otros endemismos y rarezas. Paisajes tan diversos que dan lugar a una diversidad ambiental con diferentes grados de complejidad que permite poder practicar una amplia variedad de actividades de ocio. Aquellos a los que les gusta disfrutar de un buen paseo or un entorno natural cuentan con una red de senderos señalizados, con 2 etapas y 478 kilómetros bajo el nombre GR 247 Bosques del Sur. Bicicleta de montaña, actividades ecuestres, montañismo o escalada, barranquismo, orientación, espeleología, puenting e incluso piragüismo o rafting. Las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas invitan a un sinfín de deportes para todos los gustos y niveles.

El agua es otro de los protagonistas del lugar y permite la práctica de varias actividades. Y es que dentro del parque nace el río Guadalquivir y el Segura, junto con todos sus afluentes, que hacen de este parque uno de los puntos hidrográficos más potentes de la Península Ibérica, gracias a la frecuencia de precipitaciones y nieve que hay en las montañas. Además, los ríos menores también crean estampas únicas en las que los arroyos y torrentes por aguas estacionales ganan fuerza. Más de 60 acuíferos, 3.000 manantiales; la mayoría entre 1.000 y 1.300 metros y no son muy caudalosos.

Los embalses, acompañados por espesos pinares, es otra de las estampas típicas en las que el agua cobra fuerza. El embalse del Tranco, La Bolera, Guadalmena, Siles, Aguas Negras, Anchuricas y La Vieja son los principales del parque.

Municipios del lugar

La zona cuenta con 26 municipios incluidos por completo en el parque natural o de manera parcial. Los que más habitantes tienen son Cazorla, Villanueva de Arzobispo y Villacarrillo, en cambio, los del interior del parque apenas superan los 500 habitantes. Un paraíso habitado en el que pueblos como Segura de la Sierra, Hornos de Segura o Benatae mantienen su baja ratio de habitantesmientras que otros de tamaño más intermedio como Siles, Orcera, La Puerta de Segura, Huesa o Santo Tomé giran en torno a los 2.000 habitantes o Pozo Alcón y Quesada llegan incluso a los 5.000.

Hoy por hoy solo 14.000 personas viven en el interior del espacio protegido, aunque la población total de los términos municipales afectados por el espacio protegido alcanza un total de 80.000 habitantes.

Las aldeas son otro de los encantos que aguarda este lugar. Pequeñas aldeas, algunas de ellas deshabitadas o solo pobladas cuando el clima es más agradable, que merece la pena conocer ya que muchos de ellos aún aguardan su primera estructura sin apenas modificaciones.

Entre pequeños huertos ubicados entre algunos pinas y olivos y un prado central que conduce a varios caseríos; La Capellanía es una de las pequeñas aldeas que aún conserva una ermita.

La aldea de Miller está situada en un lugar privilegiado y en su alrededor se puede encontrar hasta veinte nacimientos de agua y por sus calles en no falta un horno de pan, almazaras, molinos o lavaderos públicos.

Cerca del castillo de la Espinareda está una de las aldeas con más encanto gracias a la estampa que crea. La Espinera está compuesta por calles estrechas, paredes blancas y pequeños tejados sobre la ladera. Además, las ruinas del castillo impresionan y desde lo más alto del lugar se puede divisar todo el valle.

Una fauna muy variada

Ciervos, gamos, muflones, cabras monteses, jabalíes y diversas aves rapaces son muy abundantes. Merece la pena disfrutar del lugar y tener un poco de paciencia para saber esperar y disfrutar de toda la fauna que convive en ese gran espacio. Aun así, el parque cuenta con diversas empresas especializadas que cuentan con los permisos pertinentes para poder visitar con vehículos todoterreno la zona y acudir a los puntos de avistamiento localizados. En la zona sur del parque existen diez Senderos de Interés Ornitológico. Cerrado del Utrero, Laguna de Valdeazores, Río Borosa, Cueva de La Malena, El Chorro, La Presilla, el paraje natural del Alto Guadalquivir (Puente de la Cerrada), El Chillar, Barranco del Guadalentín y el Arroyo Guazalamanco.

Además de las aldeas con encanto también hay algunos rincones verdes que merece la pena disfrutar. Por citar algunos, La Bojeda es uno de los lugares más sorprendentes del lugar. Y es que más al sur de la Península no exite y se ha convertido en un refugio de multitud de especies norteñas.

La Cumbre del Empanadas y Piedra del Cuervo se queda guardado en la retina de todos aquellos que lo ven. Con un ecosistema excepcional, la vegetación que predomina es única y lo primero que llama la atención al visitante es que no hay bosques. Entre blanquizales y piornales hay multitud de endemismos béticos y locales y otros muchos rasgos más característicos.

Los bosques de caducifolios en altas montaras es un paraje único pasear por alguno de los pocos bosques de alta montaña que quedan el interior del parque.

Un lugar protegido

El valor ecológico, paisajístico y cultural del lugar hace que cuenta con un amplio catálogo de reconocimientos, siendo en 1986 la denominación de Parque Natural por la Junta de Andalucía una de sus fortalezas. Un reconocimiento que vino años después de que en la década de los 60 se declarara la mitad sur como Coto Nacional de Caza por la abundancia de especies como la cabra montés, el jabalí, el ciervo, el gamo y el muflón. Este coto se denomina en la actualidad Reserva Andaluza de Caza de Cazorla y Segura, y abarca 70.000 hectáreas.

La UNESCO no pasó por alto esta maravilla de la naturaleza y en 1983 la declaró Reserva de la Biosfera, un selecto club que componen 553 enclaves del mundo distribuidos en 107 países, entre otras muchas distinciones obtenidas.

El último reconocimiento se hizo en 2006, declarado por la Unión Europea como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), pasando a formar parte de la Red Natura 2000, la red ecológica europea integrada por las áreas más importantes para la conservación de la biodiversidad del continente, y que muestra el peso que tiene este espacio único a nivel medioambiental.