La Vargas Blues Band presenta nuevo proyecto en esta gira, su último disco, Cambalache & Bronca. «Es un álbum que coge muchos temas del rock argentino de los años 60 y 70. Es como una especie de tributo. También estamos presentando temas nuevos que se van a incluir en un nuevo disco que sacará Warner en 2018», apunta.

Este disco bebe de un álbum anterior, Espíritu celeste.

Tiene material de ese disco pero he elegido tomas diferentes y he metido más guitarras. A muchos temas, les he dado la vueltra produciéndolos de forma distinta y he incluido temas nuevos. Por ejemplo, uno que hice con Manolo Tena y que estaba metido en un cajón. A raíz de su fallecimiento, he querido rendirle homenaje con este tema que compusimos juntos al igual que el Sangre española. Este nuevo se llama No te rindas. También hemos adaptado un tango que se llama Cambalache y lo hemos convertido en un tema más rockero.

¿Cómo surgió No te rindas?

Con Tena tuve una relación muy especial. Nos conocimos a finales de los 70 cuando yo llegué de Estados Unidos a España. Ensayaba en un local y en el de al lado ensayaba Manolo con su banda. Surgió una amistad. Después, hubo unos años sin tanto contacto hasta que en los 90 nos propusieron trabajar juntos. De ahí surgió No te rindas, que nunca se llegó a editar; y Sangre española, que es un clásico que ha vendido millones y ha sido versionado por muchos artistas.

¿A uno no se le encoge el corazón al cantar una melodía de un amigo que ya no está?

Catorce días antes de que muriera me lo encontré en una reunión de la SGAE. Recuerdo que se acercó y me dio un abrazo. Dos semanas después, me llamaría una periodista que me dijo que se había muerto Manolo. Fue un palo bestial, buff. No me lo esperaba. Los grandes amigos son aquellos que, aunque hace tiempo que no ves, cuando ya no están te da un vuelco el corazón. Él formó parte de mi vida.

Su versión de Cambalache causa sorpresa y, en Argentina ha levantado alguna ampolla...

Sí, los puristas me acusan de cambiar una canción de tango, pero yo no considero el arte como algo estático, sino es como la plastilina, lo puedes modificar, crear algo para darle la vuelta.

¿Cuál es el mensaje que trata de comunicar con este disco?

Lo que trato de comunicar es que la música es libre y que tratas de transmitir con ella lo que llevas en el corazón. Yo no soy un músico que mantengo una tradición de estilo; siempre me ha gustado cambiar y experimentar. Este disco forma parte de mi vida porque quiero compartir mis historias.Quería hacer un proyecto diferente. Cuando hago un disco no lo hago pensando en el público ni la industria, sino en disfrutar yo. Muchas compañías les dicen a los artistas qué tienen que grabar y los conviersten en un proyecto demasiado pensado. Esa forma de trabajo nunca me ha entusiasmado.

Usted que es un virtuoso, ¿se siente ahora mismo maltratado por la industria o incluso el público?

La cuestión no es esa. La industria musical está en un momento de cambio. Sí pienso que la industria potencia estilos de música fáciles para llegar rápidamente al público. Eso no me maltrata solo a mí, sino a toda la música. Yo he vendido millones de discos, pero eso no significa nada. Peter Frampton ha vendido más de 60 millones de discos y hay gente que no sabe quién es.