Málaga es tierra de sol y alegría, pero, año tras año, el intrépido promotor musical Eddie Mizake se empeña en que, al menos por una jornada, reinen la oscuridad y la depresión, gracias al doom y el sludge de un puñado de bandas que selecciona con su proverbian buen gusto. Mañana, sábado, se celebra en la Sala París 15 la segunda edición de su Noche de Cuervos, y la cosa promete.

Hay muchas ganas de oír a los portugueses Process Of Guilt, especialmente después de que bastantes hayan descubierto su álbum Black Earth, cinco temazos que van del death más atmosférico al sludge más poderoso y sucio que, claro está, oprimen al oyente con una mal rollo general. Ni Moonspell ni Madredeus: esto sí es de lo mejor del país vecino.

Para muchos, los alicantino Lodo son los herederos naturales de los llorados Moho: con el recordado trío madrileño comparten su obsesión con las aristas más pesadas y oscuras pero a la vez dinámicas y contagiosas del doom con roll.

Los sevillanos Pylar son, desde luego, un animal extraño: desde su look, que volvería loco a un director como Ben Wheatley (sí, el de Kill List y A Field In England) y una música que nos vuelve locos a todos: drone en su vertiente más psicodélica y pesadillesca, con guitarras, muchas texturas de guitarras pero también con violín, tuba y lo que se les ocurra para despistarons.

Y luego están Lazharus, la oferta más experimental de todas las de la noche: ruidismo sin concesiones, a lo Gnaw Their Tongues, que dejaría gagá a Stephen O´Malley; la banda sonora perfecta para un ritual chamánico de ésos que siempre terminan de la peor de las maneras.

Llega Noche de Cuervos 2: quita esa sonrisa de tu cara y disfruta con la angustia y el dolor.