Antonio Carmona, de 52 años, vuelve. Después de un grave problema de salud que le llevó a un estado de coma por una grave infección (que le obligó a ser operado en dos ocasiones), el artista reapareció en Barcelona y ha comenzado con su agenda de compromisos profesionales. Y vuelve, como siempre, con buen humor, buen rollo y ganas de vivir, cantar y contar. Hoy (22.00 horas) lo demostrará en la Sala París 15.

En su regreso a la escena pública, en una entrevista en El Hormiguero, Carmona desveló una broma que le quiso hacer su mujer cuando despertara del coma inducido. «Ella quería ponerme una peluca blanca y una barba blanca para decirme que había estado 15 años en coma». Carmona en estado puro, desde luego. Y reforzado en sus creencias y su fe en la vida y en lo que la trasciende: «Me cuidaron varios ángeles terrenales esa semana pero también vi a más gente. Te juro que vi a Ángel Nieto [el expiloto fallecido el pasado verano] y a mi padre mirándome a los pies de la cama». Y añadió: «Tuve la sensación de haber estado en un sitio durmiendo donde me han cuidado y he visto cosas, a ángeles. A lo mejor fue por la medicación que me pusieron pero yo soy muy creyente», recordó en el programa de Pablo Motos.

Antonio Carmona viene a Málaga para presentar su más reciente trabajo, Obras son amores, un nuevo paso adelante en su carrera solista, lejos ya del mito Ketama que ayudó a forjar. El propio Antonio escribe sus canciones, en ocasiones trabajando con gente que admira mucho como Alejandro Sanz, Claudia Brant (cantautora argentina, ganadora de los festivales OTI en 1991 y de Viña del Mar en 1994), el cubano-canadiense Alex Cuba, el colombiano Juanes, Fernando Osorio y Pavlo Rosenberg. Rollo multiculti, como siempre ha sido el corazón musical de Carmona. Por los viajes de su padre por América, creció escuchando a Héctor Lavoe, Óscar de León y Andy Montañez tanto como a El Chocolate o a Camarón de la Isla y este álbum bebe del continuo intercambio musical de Miami. Y es que recordemos que este hombre tocó, junto a Ketama, con el gran Toumani Diabaté, el jazzista Danny Thompson, y, como instrumentista en solitario, ha sido telonero del icono del pop Prince y también ha trabajado con uno de los próceres del country de toda la historia, el gran Willie Nelson.

«A la hora de componer soy flamenco, lo soy desde que me levanto, pero la inquietud me ha llevado a ese tipo de fusiones, letras y armonías», destacó en una entrevista con Canarias 7 Carmona, que insiste en crear «un flamenco de ahora, que aspire a un sonido internacional, algo que todavía no tenemos». Para su firmante, Obras son amores es un disco «muy de verdad y muy variado»: « a gente lo va a ver como un disco de canciones internacionales que puedes poner después de Beyoncé. Eso, en el flamenco, solo lo han conseguido los Gipsy Kings».

Mencanta fue la canción con la que se presentó Obras son amores, y destila la esencia de Carmona. Está dedicada a su padre, Juan Habichuela, recientemente fallecido, pero no es un homenaje desde la pena, por soleá, a compás lento, grave, pesado. Antonio canta, recuerda, describe a su padre con una rumba luminosa, afirmativa, echada hacia adelante. Como quien ve la luz al final del túnel y se pone a saltar, a bailar, a cantar, a celebrar un nuevo día. Justo lo que su hijo está haciendo desde que se despertó del coma en que cayó en octubre del año pasado. Así que esta noche toca celebrar la vida junto a Antonio Carmona en la Sala París 15.