Unas 30 ó 40 ideas, lanzadas sin más, durante casi una hora, y con material extraído de anotaciones y dibujos del día a día. Todo ello acompañado de un discurso vehemente, en un monólogo con partes improvisadas, a caballo entre la conferencia y la pieza teatral. Miguel Noguera llega este sábado a La Cochera Cabaret (21.00 horas), que el cómico canario ya ha representado en los últimos doce años en contextos variados en teatros, museos y festivales, con un estilo muy definido, y con un sello de humor vanguardista.

«He conseguido ir formando un público. La gente que acude está interesada de antemano, y eso ayuda mucho al desarrollo del espectáculo», destaca Miguel Noguera, licenciado en Bellas Artes, y colaborador durante varios años en programas televisivos junto a Manel Fuentes y Andreu Buenafuente.

En su monólogo, en ocasiones, Miguel Noguera se apoya en imágenes proyectadas para ir desarrollando sus ideas. Pero la base se compone de un papel en el que el artista lleva «una serie de ideas apuntadas, que son historias muy breves, que lanzo unas tras otras, sin un hilo conductor». Y lo hace desde un estilo y forma «teatral, con algo de vehemencia, porque estoy como encendido todo el tiempo y eso es algo que puede resultar cómico al público», subraya el humorista.

En su caso utiliza una mezcla de lenguaje coloquial y culto. «Hay unos términos aparentemente más formales, pero hay otros más irreverente», señala antes de recordar también que «a veces incluso me invento algún término». Pero también deja claro que el público que va a sus espectáculos se impresiona más por su puesta en escena: «No sólo destaca el contenido, sino también la forma de hacerlo, que es algo histriónico».

Miguel Noguera forma parte de ese grupo de cómicos que podrían considerarse alternativos, que con su sello propio han llegado a hacerse un hueco entre el público, en especial el de internet, que disfruta con su particular forma de ver la vida. Aunque Noguera tiene claro que «el dicho deque el público necesita de la risa para sobrevivir es una suposición que considero algo hueco y un cliché».