En mis conversaciones con veteranos hermanos de la Cofradía del Rocío siempre tenemos presente a un visionario cofrade victoriano que dio buena parte de su vida por esta hermandad y que aportó para la Semana Santa de Málaga uno de los iconos más representativos y reconocibles de la Semana Santa de Málaga. El hombre era Manuel Sánchez Pérez y la imagen la de María Santísima del Rocío.

En la Cuaresma de 1931, Manuel Donato Sánchez Pérez presidía la rancia Hermandad de Jesús de los Pasos en el Monte Calvario. Llevaban años buscando una titular mariana que compartiese la devoción al Nazareno caído, en la entonces ermita de San Lázaro.

Bendice entonces la cofradía una imagen tallada por el valenciano Pío Mollar Franch, del que Sánchez Pérez era representante para Málaga y provincia. La iconografía, tan rompedora como novedosa, representaba a una imagen gloriosa de la Santísima Virgen y la advocación Rocío, tan reconocida hoy en día, fue una auténtica revolución en su día.

El llamativo color blanco usado para ataviar a la imagen llevó a los malagueños presentes en su primera salida procesional a denominarla como la Novia de Málaga. Su impacto devocional fue tal, que la otrora Hermandad de los Pasos pasó a denominarse popularmente como del Rocío.

Pasan las décadas y la Novia de Málaga se convierte en santo y seña del castizo barrio de la Victoria. La hermandad organiza cada año en la festividad de Pentecostés solemnes cultos en su honor, que tuvieron su punto álgido en la década de los setenta y ochenta, cuando la Virgen del Rocío llegaba incluso a pernoctar en una capilla callejera que los vecinos de Pinosol le preparaban y donde se hacían turnos de guardia en oración hasta su regreso, por campanilleros en la mañana del día siguiente, a la iglesia de San Lázaro.

La presencia de su imagen - retablos cerámicos, fotografías, miniaturas, etc.- en distintos comercios; vías e incluso su influencia en distintas localidades como Vélez Málaga o Melilla son claro ejemplo de que la malagueña Virgen del Rocío es un icono que irradia su devoción más allá de las fronteras de un barrio.

Era tan solo cuestión de tiempo que los hermanos del Rocío solicitaran formalmente la Coronación Canónica de la Novia de Málaga. Tal vez los problemas internos derivados en procesos electorales eternizados hicieron que la solicitud de Coronación se pospusiera años.

Martes Santo de 2006. La Hermandad, que celebraba su tercer centenario fundacional, solicitó al Obispado de Málaga la Coronación Canónica de la Virgen del Rocío. Lo que muchos esperaban desde hacía décadas iba cobrando forma. Eso sí, había que armarse de paciencia para esperar respuesta: seis años.

24 de julio de 2012. Para algunos será una fecha sin más. Cataluña pidió el rescate al Gobierno central, dirán algunos. El día en el que el ya exmalaguista Santi Cazorla empezó a conversar con el Arsenal, dirán otros. Sin embargo, en una pequeña iglesia ubicado en el antiquísimo arrabal de La Victoria, allá donde se cruzan caminos que van desde los montes al mundo nuevo, la noticia era otra.

¿Quién sería el portador de la buena nueva? Nunca olvidaremos el cómo ni quién nos lo contó. Para los que vestimos con tergal blanco y morado llevaremos ese recuerdo de por vida. A la hora que sonó el teléfono; la persona que nos lo contó; el lugar en el que lo leímos o el móvil que usamos para ver el mensaje de la gloria victoriana. ¡Qué tendrá ese barrio para que te sientas tan suyo sin ser de él!

Ros Coeli, Regina Coeli. Así rezaba a primera hora de la tarde la web del Rocío. «Rocío del Cielo, Reina del Cielo».

Como ya citó algún reputado periodista local, es la primera coronación canónica 2.0. Twitter, Facebook y las web cofrades empezaron a publicar la noticia a eso de las tres y media de la tarde. Ya estaba hecho.

El hermano mayor convocó una Junta de Gobierno de carácter extraordinario a las nueve y media de la noche. ¡Ay! Tenía que ser martes. Pero la voz corrió y allí estaban más de los convocados.

Hermanos del Rocío, de esos que sólo ves cada Martes Santo; devotos de la Santísima Virgen que guardan cualquiera de sus fotografías como el más sagrado relicario y vecinos del barrio de la Victoria que en algún momento de su vida arrimaron el hombro para ayudar a la cofradía de su barrio.

Abrazos, besos y lágrimas de alegría que demostraban que era una ilusión deseada desde mucho tiempo atrás. ¡Enhorabuena! ¡Felicidades! La alegría comunal que nos invadió se reflejaba en los rostros de los hermanos nazarenos.

Ya en noche cerrada, la comitiva espontánea, la procesión de almas agradecidas arribó ante sus plantas. No sé que es eso de alcanzar la Gloria Cofrade. Decía Manuel Alcántara en su poema al Cristo de la Buena Muerte: «Qué difícil es morirse bien porque sólo se hace una vez, porque nos falta costumbre...»

Pues para tocar la Gloria debe pasar lo mismo. Pocas veces en la vida nos sentimos tan afortunados y tan bien rodeados. Pero créanme que el 24 de julio de 2012, los hermanos y devotos de la Virgen del Rocío estuvimos en la Gloria. Ante su atenta mirada nos dimos cuenta que era más Rocío, más Novia y más Virgen gloriosa que nunca.

La hermandad organizó la primera rueda de prensa de su historia el pasado 6 de septiembre. Ahí se explicaron las primeras iniciativas que la Junta de Gobierno adoptó cara a la Coronación de la Virgen del Rocío: se va a proponer la fecha del 12 de septiembre de 2015 para la celebración de la magna ceremonia y se presentó el logo de la Coronación, obra de nuestro hermano Eloy Téllez Carrión; se anunció la celebración de una misa en acción de gracias por la concesión de la coronación el día 12 de septiembre de 2012, 2013 y 2014.

Se nombró una comisión que preparase el dossier y los actos del magno evento mariano. Días después se nombraron a los padrinos de la coronación: el Ayuntamiento de Málaga y a la Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío de Almonte. Ambas entidades acogieron con entusiasmo la iniciativa, estando tan sólo a la espera de la aceptación del Ayuntamiento de Málaga en sesión de pleno del próximo 26 de abril.

Un largo recorrido queda desde las fechas actuales al día de la Coronación. Una Cuaresma de algo menos de tres años en los que el cofrade del Rocío tiene que dar lo mejor de sí para conseguir que nuestra Madre tenga la Coronación que Ella demanda.