Las cofradías se están convirtiendo en un importante motor de ayuda para muchos malagueños. Es una labor callada, pocas veces conocida pero que está sosteniendo el día a día de muchas familias que se han visto expulsadas del sistema económico por la dureza y duración de la crisis. Más de 720.000 euros es el montante que las 41 cofradías agrupadas destinan a ayudar a los que más necesitan. Las cantidades reservadas oscilan entre el 8% y el 30% del presupuesto de cada hermandad, pero con el denominador común de un creciente compromiso que les ha llevado a ampliar estas partidas o impulsar iniciativas novedosas.

La suma de las distintas partidas de caridad muestra un volumen importante de dinero. Una cifra pocas veces calculada y que no incluye las horas de trabajo desinteresados de muchos hermanos de las cofradías por acompañar a personas necesitadas, organizar una veladilla para recaudar dinero o las aportaciones personales que se hacen en campañas específicas como en Navidad.

La Opinión de Málaga ha preguntado a cada una de las cofradías su partida de caridad y las principales acciones que se asumen. La participación en la Fundación Corinto es quizá la gran revolución en este apartado. Ya son 29 las cofradías incluidas y en los próximos meses se irá ampliando esta nómina. La creación de este economato no sólo ha servido para canalizar con más eficacia los esfuerzos, sino que también ha tenido una labor educadora dentro de las hermandades, sacando la sensibilidad social a flor de piel.

Las cifras que manejan hablan por sí solas, con 750 familias incluidas en el economato y la movilización de 150 voluntarios. El hermano mayor de Dolores del Puente y presidente de la fundación, Antonio Jódar, apunta además que hay un elemento no contabilizado, como es el valor económico de las más de 12.000 horas de voluntariado dedicadas a mantener el economato. «La cifra nos sorprendería», apunta.

La incidencia de la crisis ha estado muy presente en las cofradías. Si con la participación en Corinto se facilita comida a bajo precio a muchas familias necesitadas, hay otra ayuda directa que asumen las cofradías. Son las facturas que muchos hermanos en dificultades no pueden pagar. Un recibo de la luz, la matrícula de un hijo, los libros de texto, un poco de comida para terminar un mes especialmente malo, o incluso buscar una pequeña actividad dentro de la cofradía que le permita tener unos ingresos que complementen su pensión.

Estas acciones puntuales se han multiplicado en los últimos años con motivo de la crisis. En muchos casos la colaboración con Cáritas es total. No sólo porque se hacen aportaciones regulares a esta entidad, sino porque muchas de las familias atendidas vienen derivadas de este servicio de la Iglesia, lo que asegura que se atiende a quien de verdad lo necesita.

Algunas cofradías, como Dulce Nombre o Crucifixión, han dado un paso más y están empezando a montar el servicio de Cáritas en sus propias sedes, con grupos de voluntarios que reciben la formación adecuada para ponerlo en marcha.

Las necesidades han agudizado el ingenio y abierto el abanico de ayudas. El Comedor de Santo Domingo, los Ángeles Malagueños de la Noche, la residencia de las Hermanitas de los Pobres, la Residencia de la Virgen de la Esperanza, la residencia de Colichet, el Asilo de los Ángeles, los conventos de las Clarisas, Nazarenas o Hermanitas de la Cruz son algunas de las entidades que reciben ayudas de las hermandades. A veces es un arreglo, otras comida o una ayuda para pagar una factura. La colaboración suele ser fluida.

Si la Fundación Corinto ha sido un revulsivo, la Fundación Lágrimas, impulsada por Antonio Banderas y las Reales Cofradías Fusionadas, ha venido a aportar otra forma de ayudar. La capacidad de atracción de Banderas le permite recaudar una importante cantidad de dinero que se destina a distintas acciones: Cudeca, el alquiler de la sede de la Fundación Corinto, Cáritas o becas de estudio para alumnos de la Universidad de Málaga forman parte del grueso de su actividad social.

Precisamente en fomentar el estudio de jóvenes con menos recursos coincide con el Cautivo, que desde hace año concede una veintena de becas a jóvenes de la Trinidad para pagar las matrículas y material desde Secundaria a la universidad.

Una cofradía que quiere plantear una nueva iniciativa es Salutación, que ya trabaja en crear una bolsa de trabajo, donde los hermanos que buscan trabajo incluyan sus datos para que posibles empleadores recurran a ellos. Es una forma de aprovechar el capital humano de la cofradía y estrechar lazos, como señala el hermano mayor, Manuel Calderón. Todo por ayudar a superar la crisis.