­El obispo de la Diócesis, Jesús Catalá, hizo ayer en su homilía de la misa estacional en honor de la Virgen de la Victoria, patrona de Málaga, un canto teológico de gran calado a las virtudes marianas y llamó a los fieles a seguir el ejemplo de María, que aceptó con humildad, sencillez y silencio la tarea de engendrar al Señor. «Que la Virgen de la Victoria os proteja e intermedie por vosotros para reproducir en nuestras vidas la imagen de su hijo», precisó.

Como hijos de la Virgen, «estamos llamados a vivir como ella, predestinados a reproducir la imagen de Jesucristo en nuestra vida, que ya se nos regaló en el bautismo. La forma en que se aplica a cada uno respeta su historia personal», e insistió: «Estamos predestinados a reproducir la imagen de Cristo, dice San Pablo».

«Hemos sido llamados por Dios para compartir los merecimientos de Cristo», lo que achacó «al sí de la Virgen de la Victoria», la primera creyente de la Iglesia, a la buena noticia de la venida del Señor. «Imploramos hoy su intercesión para que nos ayude en la lucha contra el mal. Salimos victoriosos de la batalla contra el mal, el pecado y el diablo. Existen el mal, el pecado y el diablo, es todo aquello que se opone a Dios», recalcó.

Así, los cristianos pueden decir: «¿Dónde está, muerte, tu victoria? Entendida la muerte como el pecado». En su homilía, el obispo trató de hacer entender a los fieles, en una calurosa mañana de martes con una Catedral llena de público, la necesidad de que acepten a Cristo en sus vidas. «La Iglesia ve a María como un miembro suyo, eminente y singular. Ninguno podemos decir lo mismo. Estamos afectados por el pecado personal y original, pero Dios quiso para la Virgen lo mismo que para los creados: sólo ella, sólo en ella se realizó el designio de Dios».

«¿Quién de nosotros confía su existencia de manera plena a la voluntad de Dios? Nadie. Todos le fallamos, menos la Virgen. En ella se ha extasiado el padre», indicó. Esa gracia, la Virgen de la Victoria, «nazarena, la vive con humildad, silencio, confianza y diligencia», reflexionó.

La misa estacional contó con la presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, numerosos miembros de la corporación municipal, el presidente de la Diputación Provincial, Elías Bendodo, numerosas autoridades policiales y militares, así como el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia.