Vestida por el amor de sus hijos. Y con mucho arte. La Virgen del Rocío tan popular entrañable y bella, caló desde su bendición en el alma de Málaga, que la hizo su novia eterna. «Aurora, en vez de dolorosa», su sonrisa ha cautivado desde el día primero a todos. Su peculiar atuendo ha ayudado de forma extraordinaria para lograr la atracción definitiva de sus devotos fieles. Desde las sencillas túnicas anudadas con argénteo cíngulo, que incluso dejaban ver sus pies, pasando por el vestido nupcial regalado por las desposadas del barrio, hasta llegar a las sayas bordadas, que luce varias en su ajuar. Su manto cae directamente desde su espalda para poder verle los cabellos bajo la mantilla. Y siempre el halo de estrellas como corona, cerrando la visión apocalíptica de la gloriosa Madre de Dios «a la malagueña», que ha ido traspasando las fronteras locales para convertirse en referente simbólico.

De cuerpo entero, posa sus pies calzados con sandalias y extiende sus maternales manos en actitud de abrazo. Su mirada es baja para vernos mejor desde su altar en San Lázaro o desde el trono. Con su boquita entreabierta, de silenciosos suspiros ante tanto piropo, aparece gozosa siempre, la que aun siendo más madre que reina, gobierna sobre todos.

En los últimos años ha ido evolucionando su personal e inspirador estilo, cogiendo vuelo su falda y volumen el enmarque de su rostro, desde la mantilla simplemente echada sobre su testa, como la vemos en tantas fotos en blanco y negro, hasta el trabajo más elaborado que realiza su vestidor Curro Claros, responsable de la presentación actual de la Virgen. Y hablamos bien de evolución, que no de cambio.

En este excelso día de su coronación aparece la bendita imagen luciendo amplia saya bordada, inspirada en los vestidos de corte de los Habsburgo, esos trajes que cumplen las normas de Trento para la presentación áurea de las damas nobles. Diseñada por Eloy Téllez y bordada por Salvador Oliver, con un tratamiento de las puntadas propio de un joyero. La saya es simétrica, de decoración vegetal con roleos anudados en lazos, flores bordadas en sedas, estrellas de rica plasticidad y cuernos de la abundancia. Posee un cuerpecillo con el perímetro inferior bordado y sobrepuesto sobre la falda.

Se cubre con soñado manto, también de Téllez, bordado por Felicitación Gaviero, donde el soporte de rico tisú blanco ha sido cuajado de motivos vegetales, flores y estrellas que campean en rica ornamentación mostrando la destreza del taller. Destaca el eje del mismo donde se proclama el saludo del Ave María a la Virgen, con el anagrama cubierto por corona imperial.

Cubriendo su cabeza, Nuestra Señora lucirá la mantilla realizada por sus camareras, aprendices del bordado, pero maestras en el amor, que la han cuajado de flores, roleos y perlas para su Madre. Ideada por Curro, el cual también ha dibujado numerosas joyas después labradas con delicadeza y maestría por Manuel Fenoll. Destaca el nombre de la Virgen en el fulgor del oro y los brillantes, el privilegiado clavel que lleva posado en su mano, recordando ese anual pregón «Un clavel para el Rocío», que nos anuncia la popular ofrenda que se realiza en las vísperas del Martes Santo, sus nuevos zarcillos de oro y perlas, que se alargan para enmarcar sus mejillas, regalo, como muchos otros, de esas familias para las que el Rocío es todo. Y sus elegantes peinas, áureas, que se insinuarán bajo la mantilla.

Las cuentas del rosario también se desgranarán entre sus manos en una refulgente pieza, cargada de simbolismos, realizada por el cordobés Manuel Valera.

A sus pies, que mejor peana que la luna para la que es la Reina del Cielo. De plata, con la bicha del Génesis enroscada en ella y pisada por Ella, y coronada por elegante presea de estilo rocalla. Las puntas están decoradas por sendas estrellas de filigrana que parecen anudadas por complicadas lazadas. La pieza ha sido muy bien trabajada por Borrero, siendo diseñada también por Curro.

Ciudad y Diputación

Posee la Virgen desde finales de los años 60, la Medalla de la Ciudad, al ser donada por quien fue alcalde y hermano mayor de la Cofradía, Francisco García Grana. Lucirá igualmente el escudo de la Diputación Provincial que le fue impuesto en la pasada Cuaresma. La primera imagen en recibirla.

Y la corona... De estrellas, un original halo donde Eloy y Curro han trabajado en el diseño de esta joya realizada igualmente por Juan Borrero. Una trama de ornamentación vegetal con flores de azucena va abrazando el aro. De ahí surgen los 12 luceros tan característicos de la Virgen. Cada uno, de siete puntas, encierra en su bien definida silueta, una perla sostenida por brillantes. La cruz corona la pieza, de la que pende el Espíritu Santo en forma de paloma y 12 perlas simbolizando su gracia derramada.

Llegó el día grande de la coronación, fiesta para alabar al Señor mediante el amor a su Madre, la que adornada como una novia, va a entregar una vez más, y hoy especialmente, su corazón a los malagueños.

Un ajuar para una ReinaAsí irá la Virgen del Rocío en su coronación

1. Pendientes

El carácter castizo de la Virgen del Rocío se realza con el uso de ricos zarcillos en oro y perlas. Los que estrena, de elegante diseño y cuidada ejecución, engrosarán el rico y a la vez sentimental ajuar de la imagen.

2. Peinas

El femenino, natural y originalísimo atuendo de la Virgen del Rocío se completa con este juego de peinas para adornar sus cabellos. Se tratan de delicadas piezas de plata y perlas que realzan su belleza.

3. Saya

De inspiración regia, como un vestido de corte, se ha realizado esta saya para la coronación. Se trata de un pieza de decoración simétrica con rica ornamentación vegetal y figurativa, donde las flores y las estrellas tienen especial simbolismo para vestir a la Virgen del Rocio. Destaca la perfección de cada puntada, derroche de maestría del taller de bordados.

4. Manto de camarín

Reutilizando y enriqueciendo piezas de una bambalina en desuso, se ha realizado un esplendido manto que lucirá la Virgen en la coronación.

5. Toca

A modo de velo virginal, cubre la cabeza de la image, una elaborada mantilla realizada puntada a puntada por sus camareras. Un ramo de azucenas nimbado con corona real y el lema «Salve, Regina Mundi», sirven de eje a una rica composicion vegetal perimetrada con mixtilínea cenefa.

6. Clavel

Pieza en oro y brillantes que representa la tradicional ofrenda que cada Lunes Santo el pueblo de Málaga realiza a la Virgen, ofrecido conjuntamente por los pregoneros de las distintas ediciones de esta exaltación.

7. Broche

El nombre de la Virgen en letras capitales, destacando la inicial, aparece sobre una rama de azucenas decorada con perlas. El oro, la plata y los brillantes se aunan en esta elaborada joya nominativa.

8. Media luna

Alusiva a la visión apocaliptica, la Virgen lucirá a los pies esta pieza de plata con estrellas en sus puntas, serpiente enroscada y corona cimeral dorada de estilo rocalla. Destaca el perfil humano de la luna.

La Virgen recupera bordados en su manto

La Virgen se cubre con «manto de misericordia» simbolizando su protección. Lo estrena hoy, bordado sobre tisú por el taller de Felicitación Gaviero, según diseño de Eloy Téllez. Presenta una composición triangular a la que se añaden sus vistas. Es de estilo barroco, con ornamentación vegetal y geométrica, mostrando hojas de gran carnosidad, flores en seda, molduras y elementos figurativos, bordados con gran maestría. En su eje destaca el espacio que asemeja una custodia, con el lema de la coronación y cabezas de querubines de García Palomo.

@SDelosReyesR