El trono de la Virgen de la Soledad será restaurado y plateado en el taller de Emilio Méndez, de la localidad sevillana de Pilas, después de que los hermanos del Sepulcro aprobaran ayer en cabildo este proyecto, que incluye la reposición de las piezas perdidas durante la Guerra Civil y en un robo sufrido en 1955.

El hermano mayor del Sepulcro, Emilio Betés, destacó que el trono se enviará a este taller tras la Semana Santa «y Méndez se ha comprometido a que esté terminado en febrero del año próximo», de modo que pueda lucir en todo su esplendor el Viernes Santo de 2017.

La intervención proyectada tiene varios objetivos. El principal es unificar el plateado del trono con la aplicación de plata de cuatro micras, acabando con la diferencia actual de tono que existe entre diversos elementos ya que fue plateado por fases y con distintas calidades del metal. Betés insiste en que pondrá el énfasis en que el color elegido para el plateado «no sea demasiado blanco, no quiero que sea un espejo, sino que tenga matices», de forma que realce el diseño de Seco Velasco.

Además de esta intervención, se aprovechará para reponer las piezas que faltan en el trono y sustituir otras perdidas y repuestas con metal de fundición. Entre las piezas que se van a reponer está la parte superior de la crestería, algunas piezas de los arbotantes, las bases de las barras de palio, que son macizas de fundición; el labrado completo de la peana y las macollas (que pueden pesar de tres a cuatro kilos cada una al ser de fundición).

El hermano mayor del Sepulcro insistió en que se han hecho los primeros dibujos de las nuevas piezas para asegurarse de que siguen el diseño de Seco Velasco para el trono.

Estos trabajos también permitirán aligerar algo el peso del trono, ya que la eliminación de los materiales de fundición, de metal macizo, que sustituyeron las piezas robadas, permitirá aligerar todo el conjunto. Por ejemplo, apuntó que cada macolla actual pesa entre tres y cuatro kilos.

También se aprovechará para cambiar la bandeja del trono, que permitirá que el cajillo gane en altura unos doce centímetros y que se aprecie parte de la decoración que ahora queda antigua.

Se planteó quitar la madera del cajillo, pero finalmente varios carpinteros han desaconsejado esta medida por los problemas que puede provocar en el futuro. Tampoco se tocará la mesa, salvo perfeccionar la triangulación de ocho barras de la estructura interna para mejorar el reparto de peso.

Nueva disposición. La reforma del trono también permitirá mover la ubicación de la Virgen de la Soledad en el cajillo. Así, se espera adelantar para mejorar la visibilidad de la imagen. Actualmente se sitúa entre la quinta y la sexta barra de palio, aunque la intención de la cofradía es situarla entre la tercera y cuarta barra.

Este cambio se ha planteado aplicarlo este próximo Viernes Santo, aunque se consolidará con la restauración del trono y la reforma de la peana. Este cambio no afectará a la candelería y busca que la Virgen de la Soledad se vea mejor, con una mejor iluminación.

El problema, que ya adelanta el hermano mayor del Sepulcro, es que el manto de procesión de la Virgen de la Soledad «es muy corto y si ahora quedan dos cabezas al aire, cuando se adelante quedarán cuatro, por lo que hay que plantearse un nuevo manto para el futuro». Emilio Betés indicó que este proyecto se abordará una vez que se restaure el trono.