Leo la reseña de un nuevo libro sobre la II Guerra Púnica. Los autores la fechan del «218 al 201 a.n.e.». Me escaman esas siglas. Acudo al Wikipedia, y mi sospecha se confirma: a.n.e. puede referirse a «antes de nuestra era» para evitar la connotación religiosa de la expresión «antes de Cristo». ¡Me lo temía! Se trata de borrar a Jesús incluso de la Historia que Él dividió en «antes de» y «después de».

Tiempo ha que me preocupa el futuro cofrade. No a corto plazo, sino a medio y largo. Y no por falta de personal, sino por la motivación y la conciencia de ese personal. Nuestro porvenir es el de la Iglesia. La mitad de los críos ya no son bautizados. Son miles los hogares y escuelas donde la Historia Sagrada es ignorada, y menos aún transmitida la fe cristiana, que no es lo mismo. So pretexto de no adoctrinar, estamos pasando de un Estado aconfesional -no alineado con religión alguna- a una sociedad laicista -beligerante con la religión-.

Ya en mi pregón del 2007, opiné -con nulo éxito- cuán imprescindible es modificar las reglas de nuestras cofradías para permitir el ingreso de no bautizados. No para garantizarnos pervivencia, sino para suplir la carencia de catequesis, ofreciendo un cauce de evangelización. No sirve engrosar la nómina de cofrades de cualquier manera. Si perdiéramos la trascendencia religiosa, socavaríamos nuestros pilares, que son la devoción a Cristo y su Madre y la asistencia al necesitado.

Urge esta reflexión a la jerarquía eclesiástica y al establishment cofrade. Importa abordar esto mucho más, me parece, que regular traslados o itinerarios alternativos.

Año Jubilar de la Misericordia. La primera obra de misericordia espiritual -hay siete corporales y siete espirituales, según los teólogos- es enseñar al que no sabe. También el Señor nos mandó a todos, no sólo al clero, predicar el Evangelio, y además nos precisó que Él frecuentaba a los pecadores «porque tienen necesidad de médico los enfermos, no los sanos».

Urge, sí, acoger a los no bautizados y ofrecerles Evangelio y experiencia de Dios. Urge, no sea que un nuevo itinerario oficial pueda ser datado por futuros cofrades como del año 2020 de nuestra era, en lugar de después de Cristo.