El agua sobre mi cabeza. Frialdad. Llanto. El roce de la medalla con mi rostro. Cosquillas. Risas. Besos. Una nana. Ella por primera vez. Su manto. Él. Silencio. Unas enaguas sobre mis dedos. Gateos. Daño, dolor. Unos escalones. Caída. Mi padre soltaba un dosel y me cogía. Me consolaba. Primeros pasos en la plaza. Azahar en el pelo de mi madre. Aprender a andar entre bancos con reclinatorios. Cogerme en brazos para darle un beso en su mano. Risas y bromas con los demás. El niño de todos. Lanzarle besitos como mi mamá me enseñó. Decirle guapa y guapo. Fotos. Túnica a medida. Bastoncito corto. Correteos. Caída al pisarme la capa. Llanto desconsolado. Caricia con guantes. Andar de forma suntuosa. Trastadas y bolas de cera. Regaños y estar sentado en una silla de madera. Manzanas de caramelo. Algodón de azúcar. Dormir en los brazos de papá. Preguntas y preguntas. Asombro. Aquel tambor. Jugar a tronos por el pasillo con los Famobil. Recortes y pintar. Felicidad. Catequesis y la primera comunión junto a Ellos. Convite. Familia.

Aquella muchacha. Tardes de sábado en la cofradía. Limpiar enseres. Cuidar a mi hermana pequeña. Mirarla a los ojos y temblar. Las verbenas y las cruces de Mayo. Atreverme a pedirle salir. Mi capirote y mi vela. Guantes de cera. Regaños. Vuelta a las risas. Desojar calendarios. Aquella pelea. Pedir perdón. Castigo. La afición por la fotografía. Aquella excursión con el grupo joven. Mi primer beso. Llevar un cirial. Tocar los varales intentando que mi hombro llegase. Ayudar a papá a poner la cruz. Mirarlo en las noches de estudios. Escuchar marchas. Esperar en la puerta a verla una vez que la hubiesen vestido. Dar la mano a mi madre mientras salía en su trono de traslado. Aprender de mis mayores. Asistir al pregón con ese traje que me quedaba grande. Sueños y más sueños. Besos y juramentos de amor eterno en primaveras azules. Ir a verla venir de la restauración. Aquella mala noticia. La enfermedad. El llanto. La zozobra y los por qué. Aquella mirada perdida. El luto. La túnica guardada. Agarrar a mi madre. El adiós. La falta y el alejamiento. La puerta que se cerraba.

La universidad alegre. Fiestas. Conocerla a ella. No acordarme de Ellos. Viajes al extranjero. Oportunidades y trabajo. Licenciatura. Mirada de orgullo de mi madre. El recuerdo de mi padre. La llamada. La vuelta. El varal. La campana. La primera marcha. La curva. El silencio frío. La lluvia y las lágrimas. Encierros eternos. Charlas en el bar. Amistad. Pedir la mano. Los dichos. La boda. Los dos bajo tu dulce mirada. Sí quiero. Aquella broma de los amigos. Ese baile. La canción. El cachondeo de llevarme en hombros. La casa. Los cuadros de los dos presidiendo. Esas cenas con vídeos y copas. Las madrugadas. Esa noticia. La primera eco. Sentirte y soñarte. Bautizarte con su nombre. Enseñarte a andar. Las fotos el día de la salida. Ver como todo pasaba tan rápido y ya ibas de acólito. Las malas rachas. Las buenas. Mi madre marchándose. El corazón roto. Tus primeros novios. Mi cabreo. Tus desvelos y problemas. Tus hazañas. Mis bodas de plata. Aquel regalo el día que la coronaron. Aquella dedicación a Él. La confirmación. Noches de caseta y ferias. Risas con amigos. Juntas y gestora. Aquellas puñaladas. Amistades eternas. Abuelo y paz infinita. Aquel pregón que di. Aquel homenaje. Enseñar a andar a mi nieto. Horas y horas de juego en aquel salón de tronos. Mi mujer. Mi esposa. Mi compañera a mi lado. Este cansancio. Esa operación. Aquel día que sin decirlo me despedí de ellos en aquel balcón de aquella callejuela. El escudo de oro. Mi túnica planchada. Rostros conocidos a mi lado. Mi familia besándome. Una luz blanca. Una paz infinita. Toda mi vida ha pasado por delante de mí en fotogramas en blanco y negro, sepia y color. Mi alma va separándose de la carne. Hago un esfuerzo y trago una bocanada de oxígeno del aire del balcón infinito al mar. Los miro a todos. Sonrió. Suelto el aire. Expiración.