El sábado pasado se estrenó la marcha "Soledad Marinera", compuesta por Sergio Infante para la Coronación de la Virgen de la Soledad el 11 de junio. Fue durante un concierto de la Banda de La Oliva, de Salteras. Esta pieza se incorpora al patrimonio musical de la Congregación de Mena y tendrá un protagonismo especial en la procesión de vuelta.
"Soledad Marinera" es una marcha ceremonial de carácter alegre y triunfal, dedicada a la Virgen de la Soledad y a la Armada Española por su vínculo durante más de 250 años. La marcha comienza con el motivo de la Salve Marinera simbolizando así el momento triunfal en el que la Virgen es coronada ante sus padrinos de honor, la Armada.
Tras esta introducción, aparece una melodía de carácter alegre que simboliza la navegación en calma y en la que se puede escuchar de fondo el Himno de la Armada. Primeramente en los toques de trompetas y luego en el contrapunto. Seguidamente, aparece un potente motivo en modo menor del metal grave que, junto a los arpegios de la madera, nos hacen recordar aquellos angustiosos momentos que, según cuenta la historia, vivió la tripulación de aquel buque que se encontraba en medio de un temporal en la bahía de Málaga.
Tras este pasaje, aparece la calma. Una variación de la Oración Marinera que nos prepara la llegada al modo mayor del trío, simbolizando con ello el milagro, la luz que vio la tripulación de aquel buque en un pequeño camarín de una iglesia y les sirvió de faro hasta encontrar el puerto de Málaga.
El trio de la marcha lo forma una melodía muy sensible y emotiva en matiz piano junto a un contrapunto que nos recuerda la Salve Marinera, representando así, el cariño, la fe y el respeto que tienen los malagueños a la Virgen de la Soledad cada Jueves Santo.
En la última parte de la obra, el tema del trío se repite en fuerte a modo de desfile ceremonial. Las llamadas de los metales y las cornetas, junto a la melodía principal y el ritmo "obstinato" de los tambores, representan el desfile triunfal de la Virgen Coronada por las calles de Málaga.
La marcha finaliza con una escala descendente de los metales graves, significando así el encierro de la Virgen en la casa hermandad de Santo Domingo.
