­Eucaristía y caridad. Dos palabras que marcaron la homilía del obispo de Málaga, Jesús Catalá, de la misa estacional celebrada por la mañana en la Catedral para por la festividad del Corpus Christi.

La Iglesia Católica celebra el domingo el Día de la Caridad y la diócesis de Málaga no fue menos. La Catedral estaba llena de carteles de Cáritas, que además había instalado varias mesas petitorias en el interior del templo. De hecho, la recaudación de la misa se destinó a estos fines.

Pero la caridad no estuvo sólo en el gesto, también en el fondo de la homilía de Jesús Catalá, que insistió en que «Cáritas somos todos. Es la misma Iglesia Católica, no es una simple ONG o asociación». El prelado defendió la importancia de la labor de esta organización, ya que, citando al Papa Benedicto, apuntó: «Aunque todos los fieles tengan sus necesidades cubiertas y los Gobiernos resolvieran todos los problemas de sus ciudadanos, Cáritas sería necesaria porque siempre hay gente necesitada de calor y cariño».

Catalá recordó la parábola de la multiplicación de los panes y los peces para explicar que cualquier gesto de entrega, por poco que parezca «Dios lo transforma, lo multiplica, lo bendice, lo reparte y hay para todos».

Para el obispo de Málaga esta práctica de la caridad no se entiende sin el apoyo de la eucaristía, de la que destacó que es «fuente de amor a los más pobres», ya que «debe ser el centro de nuestra vida». En este sentido, recordó que Cristo en la cruz «no nos ofreció sólo vino y pan, sino Él mismo, y nos invita a ofrecer nuestra vida».

Tras la misa, un pasacalles de la Banda de Música de Zamarrilla y de la Banda de Música de la Esperanza sirvieron de anuncio de la inminencia de la procesión del Corpus, que tenía todos sus altares montados a falta del de la Agrupación.