Cayetano Rivera Ordóñez recibió el viernes el martillo de madera con el que el diestro madrileño dio el pasado Lunes Santo los primeros toques de campana a los tronos procesionales de la hermandad del Cautivo. Fue en un sencillo acto tras la corrida celebrada esa misma tarde en La Malagueta y en la que Cayetano Rivera cuajó una gran actuación. El hermano mayor del Cautivo, Ignacio A. Castillo, fue el encargado de entregar el martillo al diestro.

Cayetano, acompañado de su mujer, Eva González y su apoderado, Curro Vázquez, agradeció este gesto, que ha servido para revivir e intercambiar impresiones sobre algunas de las sensaciones experimentadas el pasado Lunes Santo. Una jornada en la que el nieto de Antonio Ordóñez Araujo recibía como hermano la medalla de esta cofradía de penitencia malagueña, firmando en su libro de honor y renovando así el vínculo histórico entre la corporación trinitaria y la familia Ordóñez.

El acto, de carácter privado, se desarrolló en el Parador de Gibralfaro, tras la conclusión de la sexta corrida del abono de la Feria Taurina de Málaga 2016, festejo en el que Cayetano Rivera se reencontraba con el público de la plaza de toros de La Malagueta. En representación de la hermandad del Cautivo asistieron David López, fiscal; Hugo Pérez, tesorero y miembro de su ejecutiva; el teniente hermano mayor, José Francisco Cabello; y el vocal de protocolo y director de la escuela taurina de La Malagueta, Óscar Plaza.

Una vinculación que data de 1951

La unión entre Antonio Ordóñez y el Cautivo se inicia en 1951, cuando dona a la Virgen de la Trinidad el traje de luces que utilizó su padre, Cayetano Ordóñez Aguilera, conocido como "El Niño de la Palma", en su alternativa. Un vestido de torear cuyos bordados fueron empleados para que las monjas de San Carlos confeccionaran una saya a la titular de la cofradía y que aún conserva la corporación en su museo.

Al año siguiente, en 1952, recibió el escapulario de la cofradía. Estas relaciones entre la hermandad y el diestro, que por entonces se encontraba en la cúspide de su carrera profesional y era un verdadero fenómeno de masas, se mantuvieron durante más de una década. Ordóñez llegó a salir de mayordomo de trono de Jesús Cautivo y de la Virgen de la Trinidad durante varios años entre 1961 y 1964. Y en 1962 fue nombrado hermano mayor honorario de la cofradía.

La presencia de Antonio Ordóñez en la comitiva procesional del Cautivo cada Lunes Santo era conocida y reconocida por el público que aguardaba a la procesión por las aceras en aquella Málaga de mediados de siglo XX.