A partir de las nueve de la mañana abrieron sus puertas los primeros templos. Los cristos de las cofradías malagueñas fueron dispuestos para atender el paso de los cientos de malagueños que a lo largo de la jornada fuero visitando las principales iglesias de la ciudad y participar en el magno besapié organizado por la Agrupación de Cofradías bajo el título El rostro de la Misericordia y que ha protagonizado la clausura del Año de la Misericordia en Málaga.

Cincuenta y una advocaciones cristíferas y dos imágenes marianas que llevan la advocación de la Misericordia (la Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia, de la Santa Cruz; y la Virgen de la Misericordia, de la parroquia de los Mártires) protagonizaron esta primera jornada en la que se rompieron muchas de las previsiones.

Las colas en la iglesia de San Pablo para ver al Cautivo, por primera vez a la altura del feligrés, llegaron a salir fuera del templo; mientras que la archicofradía de los Dolores de San Juan tuvieron que encargar a toda prisa 3.000 estampitas ayer por la mañana tras agotar 700 de las 1.000 previstas en una única mañana.

Mártires, San Juan, Santo Cristo, San Julián, Santísima Trinidad, Santo Cristo, la Buen Pastor, San Joaquín y Santa Ana, Nuestra Señora de los Dolores, Corpus, San José Obrero, Santo Tomás de Aquino, San Vicente Paúl, Santa Catalina, San Felipe, el Sagrario, San Pablo, San Pedro, Santo Domingo, Encarnación, la Divina Pastora, el Carmen, las basílicas de la Esperanza y de la Victoria, los oratorios de las Penas y la Paloma, las capillas del Rescate, Hospital Noble, Piedad, Alcalareño y Dos Hermanas, las ermitas de Zamarrilla y Monte Calvario... Treinta y tres ubicaciones en las que se han repartido las imágenes, con algunas novedades como la protagonizada por el Nazareno Redentor del Mundo, expuesto por primera vez en besapié.

La jornada seguirá hoy con el horario parecido a la jornada del viernes, y mañana tendrá lugar la clausura del Jubileo de la Misericordia con una misa en la Catedral, a las 11.30 horas, presidida por el obispo Jesús Catalá.