El Cautivo ya tiene su cartel poblando los escaparates de Málaga. Es el primero de muchos, después del oficial de la Semana Santa, y se presentó anoche en la iglesia de San Julián. Su autor, el artista madrileño afincado en Málaga Pedro de la Rúa, que ha pintado al Señor de Málaga con su barrio y con su gente, completando un mensaje indisoluble que se pone en evidencia cada Lunes Santo, pero también cualquier día en su capilla de la iglesia de San Pablo.

La imagen es la protagonista absoluta de la composición. Con su estilo expresionista reconocido, De la Rúa ha plasmado al Cautivo con sus principales e inconfundibles atributos, sobre un atardecer en tonos malvas, color característico de la corporación nazarena. Tras él, San Pablo, su sede canónica, e infinidad de devotos que aguardan en cola para acceder al templo y postrarse a sus plantas como signo de veneración o besar sus manos, como en aquellas históricas jornadas con motivo de la clausura del Año de la Misericorida, el pasado mes de noviembre, y que tanto han inspirado a De la Rúa en la concepción de su obra.

El encargado de presentar la obra fue el profesor y hombre de trono del Señor de Málaga Sergio Lanzas Olea, que confeccionó un discurso muy inspirado y en el que predominaba la emoción por encima de la descripción técnica de la obra, aunque también se detuvo en detallar el cartel desde un punto de vista formal. Sin embargo, Lanzas prefirió ahondar en los sentimientos. Al fin y al cabo, la del Cautivo es una cofradía de las de a flor de piel. «El enfoque de la figura que protagoniza el cuadro, reinando desde el mismo centro de ese tapiz malva, lo marcan sus manos. Es imposible haber nacío en Málaga y que no se te coja un pellizquillo en el alma cuando ves esa imagen de las manos de Jesús Cautivo, presas entre cordones de oro», señaló.

El presentador hizo una cronología de los hechos, desde el momento del encargo del cartel hasta el de su presentación y evocó las sensaciones que pudo experimentar Martín Simón, el autor del Cautivo, conforme iba tallando la madera que se iba a convertir en imagen de referencia devocional para toda la ciudad. «A ti te arrancó de un madero el genio de un granaíno pero fue tu Trinidad quien te guardó en su vientre de madre y barrio», dijo Lanzas, quien puso especial énfasis en relacionar al Cautivo con la gente, de la misma manera que el pintor ha reflejado a sus devotos en su cuadro. «Yo no podría pintar al Cautivo sin su gente, porque el Cautivo sin su gente, no existiría. El Cautivo sin esa madre llorando ante sus manos solo es madera. El Cautivo sin una oración emocionada pidiéndole lo imposible, solo es madera. El Cautivo sin esa viejecita poniéndole una vela, (...) solo sería madera. El Cautivo sin un hombre muerto de miedo frente a su reja pidiéndole que su hija pueda ver con sus ojos azules la luz del mundo, solo sería madera y nada más que madera».

El acto fue conducido por el periodista y primer teniente hermano mayor de la cofradía Pepelu Ramos. En la primera parte actuó la Banda Sinfónica de la Trinidad, de la propia hermandad.