Una luz cegadora lo inundó todo. La nada, el vacío, la grada del estadio del Getafe, alguien sisea, ¡callarse! y luego el silencio. Al fin un lugar donde no suena «Despasito», hasta que una voz rotunda y quebrada rompe la calma como saetas con megáfono: «¡Ay que llevo hombres de trono oiga, mire, mire, que llevo al hombre de trono!» Una figura celestial emerge entre las sombras con su impoluta camisablancamangacorta y su pantalón de pinza negro. ¡Viva la Virgen del Carmen! Que no, que es el divino camarero, que viene a repartir portadores entre cofrades hambrientos. Una multitud se abalanza sobre la bandeja. Dame 130 que yo quiero. Caballero que son portadores, no romero. Seguidamente otra silueta se esconde tras la bandeja ¿y usted quién es?. ¡Mire, mire que yo€ cobro!, !que yo€ cobro! ¿Y cuanto valen? Mil hermanos, ¡ay que mínimo mil hermanos oiga!, mil hermanos, mil€

Desperté sobresaltado y lo vi claro, había encontrado la solución a la falta de hombres de trono: El furbo. Recordé que el aclamado investigador Sepêcer Trajftitovski en su poemario «Macollas bombeadas al segundo palo» de 1045, recogía la siguiente pieza: «Tenemos un albacea, que es una maravilla, que tira los penaltis, vestido de mantilla». Si en aquella época los conflictos se dirimían balón mediante ¿por qué no ahora? Una liga de 20 cofradías, por orden de ingreso, con sus tronos gordos y todos sus portadores y nazarenos. ¿Que no les llega? sin problema, el resto de agrupadas hasta ahora a segunda división, vueltecita por el barrio en anditas que gasta poco y 10 velitas delante, -los que suelen ir por la cofradía durante el año-. El resto de portadores y nazarenos, a las grandes. Todos los años se hace un baremo: mejor arreglo floral, mejor banda, mejor paso con lluvia y plásticos, mejor pellizquito con lagrimita€ Los cuatro primeros, juegan Champions contra hermandades de Sevilla -vade retro-, Jerez, Córdoba..., así pueden salir de gira las imágenes sin montar dramas€ y los cuatro últimos descienden a barriada y suben otros cuatro de los suburbios.

Seguramente esto le parezca surrealista y hasta ridículo. En ese caso se está perdiendo los debates cofrades en redes sociales. Camino del hooliganismo con capirote. Al nivel del fútbol.