­Los extranjeros convertidos en portadores de las imágenes religiosas ven en el fervor, la pasión y el dolor de fieles y penitentes un componente de la Semana Santa que difiere por completo de las costumbres en sus países de origen y que les atrae hasta hacerles formar parte de la celebración.

Sander Klomp es neerlandés y hace ocho años decidió mudarse a Andalucía, donde supo años antes que terminaría viviendo, y desde entonces ha participado en las tradiciones de Semana Santa; primero, en las procesiones de Algeciras (Cádiz), y luego en los recorridos de los tronos de la costumbre malagueña.

«Cuando pensé en vivir en España me dije ‘tienes que salir en la Semana Santa, sí o sí’», dice este «medio español» nacido en Nijmegen, quien reconoce -con una experiencia acumulada de seis años portando imágenes- que cuando cuenta que «saca» un trono la gente le mira raro, pero que se siente «muy integrado».

Klomp, propietario de un hotel en el centro histórico de Málaga desde hace dos años, no se ha limitado a disfrutar de la Semana Santa de la ciudad, de la que admira la forma que tiene la gente de vivir la fe y la tradición, sino que ha publicado una guía informativa de alrededor cien páginas sobre el festejo para neerlandeses. «A muchos les encanta, pero no entienden lo que están viendo», señala el cabeza de varal del Cristo de la Sangre, que este año llevará la imagen sobre su 1,91 metros de estatura por cuarta vez, después de hacer lo propio en Algeciras y con la Hermandad del Descendimiento de Málaga.

Este neerlandés de 38 años, que descubrió la Semana Santa en 2002 en un viaje con sus padres para recorrer Andalucía, explica que le llamaron la atención las diferentes formas de desplazar la imagen, sobre el costal en Algeciras y reposada en los hombros en Málaga. También indica que la escasez de ensayos previos -que ha cambiado en los últimos años- fue otro de los aspectos que le desconcertó de la tradición costasoleña respecto a la que tenía lugar en las calles algecireñas, donde entrenaba «unas siete veces antes de salir».

La historia de Morgan

Harry Morgan es un británico de 21 años que aterrizó en Málaga hace seis meses por un programa de Erasmus prácticas que le permite ser profesor asistente de inglés en un municipio de la provincia y el próximo Viernes Santo portará la Virgen de las Angustias, titular de la Hermandad del Descendimiento sobre sus hombros.

Este estudiante de Filología Hispánica y Francesa en Oxford dice estar «muy ilusionado» ante un evento «tan importante para la cultura» y comenta que hace un año estuvo viviendo la Semana Santa en el País Vasco y que fue entonces cuando le dijeron que en el sur era algo más «multitudinario».

Morgan, quien explica que lleva semanas escuchando desde su ventana los ensayos y los traslados de las cofradías, reconoce que no es creyente, pero que lo hace por el valor cultural de la Semana Santa y por la experiencia que supone, que «es increíble», un motivo que también le llevó a visitar las Fallas valencianas.

A este joven también espigado, de 1,94 de altura, y nacido en Bristol, le surgió la oportunidad de ser hombre de trono cuando un compañero de su equipo de rugby -al que se apuntó para integrarse y conocer a gente de la ciudad- le propuso hace un mes ser uno de los portadores de la imagen religiosa. «No tenemos nada parecido en Reino Unido, es un poco raro para mí», señala Morgan, quien bromea sobre el peso del trono porque «su ilusión puede más que la preocupación» y espera que su familia pueda venir a verle el próximo viernes 14 de abril, «si es que pueden pasar entre la multitud».