La Virgen de Fátima se va consolidando poco a poco entre los referentes marianos del barrio de la Trinidad. Con humildad, pocos recursos y mucha devoción, esta hermandad ha logrado sacar adelante la procesión de esta imagen, por séptimo año consecutivo. Es algo meritorio, sonbre todo porque fueron capaces de atraer a un numeroso público para acompañar esta sencilla imagen de la Virgen de Fátima, que llegó hace casi 60 años a la ciudad.

La coincidencia con el centenario de la aparición de la Virgen de Fátima a los tres pastores portugueses con la procesión le dio un carácter especial. De hecho pudo contar con la presencia de la Banda Sinfónica de la Trinidad acompañando al trono. Esto le dio un giro a un cortejo que, hasta ahora, destacaba por el silencio tras el trono. La falta de recursos impedía contar con una banda.

Hubo mucho público en el recorrido de la Virgen de Fátima, portada en un trono de plata con cuatro cirios iluminando la imagen y con un exorno floral blanco y amarillo, colores de la bandera vaticana, llevado por una treintena de portadoras.