Jesús Cautivo recibió ayer las primeras visitas en la sala Ars Málaga del Palacio Episcopal, después de casi cinco meses en el taller sevillano del imaginero Juan Manuel Miñarro tras una importante restauración.

La vuelta de la imagen a Málaga se celebra con la exposición de la imagen hasta el miércoles, en horario de 10.00 a 21.00 horas de forma ininterrumpida, antes de volver al culto en la iglesia de San Pablo el 12 de octubre.

Desde poco antes de las diez de la mañana la cola se hizo más que evidente en la plaza del Obispo. Había muchas ganas de ver a Jesús Cautivo tras casi cinco meses fuera de Málaga. La emoción se palpaba entre los que fueron accediendo a la sala donde estaba la imagen, en un ambiente de recogimiento y silencio respetuoso impuesto por la mirada de la imagen.

«Nunca lo había visto tan cerca», comentaba una señora con lágrimas en los ojos mientras salía abrazada a su hija. No fue la única, varias personas lloraron por la emoción de verlo tras cinco meses de ausencia. «Está muy bonito. Que nos dé mucha salud para verlo muchos años más», comentaba a la salida Teresa, la primera visitante que entró a ver a Jesús Cautivo. La primera visita se vivió con un momento muy emocionante cuando la fotógrafa Lola Rengel propuso rezar un Padrenuestro, que se convirtió en el saludo de los primeros malagueños en ver al Señor.

A lo largo de la tarde las colas para ver a Jesús Cautivo tras la restauración se hicieron larguísimas, llegando incluso a mitad de la calle Molina Lario, lo que indicaba las ganas que había de volver a ver a Jesús Cautivo.

Restauración

La actuación se ha centrado en resolver los problemas estructurales de la imagen y que ponían en peligro su integridad. La actuación no ha intervenido ni en la policromía ni en las facciones de la imagen. Así, las intervenciones realizadas por Miñarro se han centrado en eliminar suciedad y golpes del rostro, ponerle unas pestañas nuevas, cambiado el sistema de anclaje de las potencia y las coronas de espinas.

Sin embargo, la parte fundamental de la restauración es el cambio del anclaje en la peana, corrigiendo la intervención de 1981, que se hizo para resolver los problemas que presentaba la talla original. No obstante, apareciendo fisuras y se agravaron los problemas por esta solución, por lo que se optó por encargarle a Miñarro otra solución.

El hermano mayor del Cautivo, Ignacio A. Castillo, explicó que la imagen estaba peor de lo esperado, aunque la actuación de Miñarro ha permitido resolver estos problemas y asegurar la integridad de esta imagen tan devocional.

El arreglo de la estructura ha consistido en quitar las dos barras de acero que se le aplicaron en 1981 en el interior de las piernas para sujetar la imagen. Además, había sido atacada por insectos xilófagos. Las barras han sido sustituidas por injertos de madera, con madera de pino con más de 100 años de antigüedad y unos tacos de madera en los pies. De esta forma, el sistema de sujeción interior permite que la imagen no sufra por los movimientos. «Garantizamos la supervivencia de Jesús Cautivo para siempre», reiteró Castillo.