Los arbotantes se extienden en giros y dimensiones que parecen imposibles. La talla se intrinca entre el brillo del oro recién pulido. El nuevo trono de la Paloma da un paso más sobre el antiguo, que era un monumento al estilo barroco y excesivo de Pérez Hidalgo. Con un año de retraso, y algo más de propina, el taller de los Hermanos Caballero por fin entregó la grandiosa pieza que procesionará el próximo Miércoles Santo y que la cofradía ha intentado guardar celosamente para que no se desvele el misterio. Pero claro, estamos en la época de la hiperconectividad y las redes sociales.

No obstante, desvelar en directo el nuevo trono de la Paloma puede hacer temblar el pulso a más de uno, y es que la expectación era máxima, sobre todo hablando de una cofradía con una impronta tan característica. El tamaño y barroco expansivo, que llena el espacio por donde pasa, de su trono procesional ha encontrado la perfecta réplica en el actual. Sus dimensiones sobrepasan la escala humana y busca acercarse a la divina. A partir de los esbozos realizados por Jesús Castellanos, se ha planteado un trono que busca mantener la línea anterior, pero enriqueciendo la talla de Pérez Hidalgo, que adolecía del detalle concebido por Castellanos y desarrollado por el taller de los Hermanos Caballero.

El elemento del frontal del cajillo es quizá uno de los más llamativos. Cuenta con una imagen de la Virgen de la Paloma de Madrid, reforzando los lazos de la hermandad con esta ciudad. Los grandes rayos que salen de la orla central y los dos arcángeles que la sostienen son elementos muy llamativos del diseño.

El trono es rematado por una crestería que rodea todo el cajillo con elementos florales y con una altura que varía a lo largo de todo el trono, lo que ofrece una mayor sensación de movimiento.

La imaginería es uno de los elementos destacados de este trono, presentado por el cofrade Miguel Ángel Blanco y uno de los miembros de la comisión de seguimiento de este proyecto. Juan Vega es el autor de estas piezas, demostrando de nuevo su finura en la talla y elegancia en el resultado final, que compone un completo recorrido por distintos aspectos de la vida de la Virgen María.

La mesa del trono ha sido totalmente rediseñada por Antonio Cabra, que ha realizado una mesa de una única pieza de aluminio, mucho más ligera y adecuada para llevar el volumen diseñado para este trono. Se mantiene la solución de giro de los arbotantes para conseguir salir a la calle Carretería, pero además se incorporan amortiguadores en las patas del trono, lo que permite que tanto el cajillo como la imagen sufran menos.

Los varales telescópicos, que desplegados llegan a los trece metros, permiten organizar mejor la salida y encierro del trono, obligado a complicadas maniobras.