La Semana Santa de 2018 ya es solo el recuerdo de lo que fue y se fue. La celebración intensa y efímera, que ha dejado momentos en la retina y recuerdos indelebles en la memoria y que se acumulan en la experiencia cofrade de cada uno. De todo ha habido este año en las cofradías, en continua evolución y con un amplio margen de mejora que les sirve de estímulo para seguir progresando, ya no solo apostando por la cantidad, sino, sobre todo, por la calidad, en participación y conducta tras la tela del capirote o bajo el varal.

Para mantener encedida la llama de la religiosidad popular en la penitencia en este tiempo ya de Pascua de Resurrección, resumimos diez momentos de los últimos días santos. Al fin y al cabo, el tiempo vuelva y ya mismo volverá a ser Semana Santa.

1 - El Huerto sube Casapalma

La del Huerto fue una de las tres cofradías que optaron por modificar su itinerario por la gran zanja de más de once metros de profundidad existente en la calle Tejón y Rodríguez, asumiendo así las recomendaciones de la policía. Por este motivo, subió la calle Casapalma, prolongando su recorrido. Y lo hizo de una manera sublime. El Señor, muy despacio, enlanzando marchas de la agrupación musical del Cautivo de Estepona, manteniendo el trono en el hombro y despertando la admiración de quienes aguardaban en las aceras.

2 - Estudiantes adelanta el acto de la plaza del Obispo

La cofradía de Estudiantes adelantó este año el tradicional acto de la Plaza del Obispo a las siete de la tarde, es decir, justo después de salir de su casa hermandad de la calle Alcazabilla. Antes se hacía de madrugada, poco antes del encierro. La jornada del Lunes Santo se hace así más vespertina. Más nazarenos en el atrio de la Catedral y mejor organización del acto, que, a media tarde, sin embargo, mantuvo las mismas claves que lo hacen especial e irrenunciable en esta hermandad.

3 - Curva de Cárcer a Álamos del Cautivo

Jesús Cautivo levanta pasiones desde su salida hasta su encierro. La del Señor de Málaga fue otra cofradía que optó por modificar su itinerario ante el riesgo que podía suponer el paso de su cortejo y la promesa por Tejón y Rodríguez. E hizo de la necesidad virtud. El ascenso de Casapalma de la Virgen de la Trinidad fue impecable. Y antes, el Señor tomó la curva de Cárcer a Álamos de manera magistral, muy despacio y andando, abriendo el paso a la izquierda la cabeza, a los sones de la marcha Historias de Judea.

4 - Nueva Esperanza desmitifica las distancias

Son expertos en racionalizar el esfuerzo. Nueva Esperanza sabe que su camino es largo, pero con gran criterio desmitifica las distancias. Gana metros en los tirones a tambor y sabe recrearse en las marchas. El regreso de la cofradía a su barrio es un ejemplo y la vuelta por la calle Trinidad, aprovechando el calor que les ofrece una vía estrecha y las cofradías que allí la esperan, hacen que estos momentos tengan gran sabor nazareno.

5 - La unción del Redentor del Mundo

Puede que Málaga contemple a la imagen con mayor unción realizada en el siglo XXI. El Redentor del Mundo volvió a plantarse en las calles de la ciudad con todo su poderío. Dos años ya de Miércoles Santo para este Nazareno que acepta la cruz desde Las Delicias y que sabe andar. Este año a los sones de la banda del Despojado de Granada, desdramatizando, e iluminado por cuatro antiguos faroles de Padre Jesús de Ronda.

6 - El nuevo trono de la Paloma

Ha costado, pero la espera ha merecido la pena. La impronta no se ha perdido, pero el trabajo es mucho más pulcro y minucioso, fundamentalmente el de la imaginería salida del estudio de Juan Vega. La Paloma por fin pudo estrenar este Miércoles Santo su nuevo trono, fiel a sus cánones y a la armonía de una desproporción ajustada y medida y capaz de soportar la contemplación detenida y en primer plano. La salida desde la plaza de San Francisco por la estrechez de la calle, teniendo que plegar arbotantes, rachando cada paso, a palilleras y con la música de los rosarios golpeando las barras del palio.

7 - La siempre difícil maniobra de salida de la Sangre

Las grandes cofradías se distinguen por los pequeños detalles, y la procesión de la Sangre de este 2018 estuvo llena de ellos. La mano de la nueva junta de gobierno se deja notar en el monte de corcho del misterio, los pequeños arbotantes para dar más luz, la corona de espinas en la testa del Crucificado, la caída más natural del manto sobre los hombros de la Virgen de Consolación y Lágrimas... Y la siempre difícil maniobra de los tronos desde Dos Aceras, ganando la calle a los sones de La Madrugá.

8 - La cruceta musical de Traspaso y Soledad de Viñeros

La música aporta un sello inconfundible a la puesta en escena procesional de las cofradías y Viñeros lleva una línea ascendente y constante en la apuesta por un estilo definido para su Virgen del Traspaso y Soledad. En los últimos años, con la de Trebujena, y este Jueves Santo también, recurriendo a los sones de la Banda Municipal de Campillos, que volvía Málaga rindiendo a un gran nivel y con un repertorio muy exigente de marchas clásicas y fúnebres para acompañar a la personalísima dolorosa viñera, cuyo trono, este año, estrenaba candelería.

9 - La estampa de la Virgen de la Amargura

Ya sorprendió el año pasado y en 2018, la hermandad ha vuelto a presentar a la Virgen de la Amargura con una estética que recuerda a las viejas estampas y postales que muchos de los que hoy son cofrades coleccionaban cuando eran pequeños. La disposición de la cera, el exorno floral en blanco y, sobre todo, la corona sobre sus sienes, una obra anónima datada en 1930 y, como es lógico, anterior a la utilizada en su coronación canónica el 25 de octubre de 2003, que remataba el preciosista arreglo de Alejandro Guerrero. Además, la cruceta de la banda de Zamarrilla estuvo compuesta mayoritariamente por marchas malagueñas.

10 - El Cristo del Amor con cornetas y tambores

La prestancia del cortejo nazareno del Amor en la calle gana enteros Viernes Santo tras Viernes Santo. Las nuevas túnicas, sin duda, ayudan, pero más aún lo hace la actitud de unos penitentes que saben perfectamente lo que significa hacer estación. El acompañamiento del trono del Cristo con cornetas y tambores demuestra que la decisión de adoptar este género musical fue acertada. La experiencia así lo dice. El trono sabe trabajar cada tirón con música, adaptándose perfectamente a unas marchas que exigen, en uno de los recorridos más largos de la Semana Santa.