Tres toques de campana suenan desde el interior de la parroquia de la Divina Pastora. La banda Unión Musical Maestro Eloy comienza a tocar el Himno de Andalucía y así la Virgen comienza su salida procesional, mientras que sus hombres de trono se van incorporando a los varales siguiendo las órdenes del capataz: "Nos vamos con paso corto a la derecha".

Este año cuenta con dos grandes novedades: los portadores estrenan una túnica marrón con cíngulo blanco con los tres nudos franciscanos y el cajillo luce entero policromado con motivos florales.

El cortejo lo forman niños vestidos de Comunión, representantes de las cofradías del Dulce Nombre y Prendimiento y un reducido grupo de penitentes.

La Virgen va acompañada por cada rincón que pasa. Su gente de los barrios de Capuchinos, Segalerva y El Molinillo quieren hacer el recorrido con ella. Y así, baja por la Alameda de Barceló para entrar a calle Montserrat y encontrarse con la primera petalada a los sones de "La Divina Pastora". Una segunda se repite en calle Benjamín Palencia, esta vez despertando los aplausos de los vecinos mientras la banda interpreta "Esperanza Macarena".

Cae la noche y se acerca la hora de su encierro. Antes, en la capilla de Nuestra Señora de la Piedad, sus hombres de trono se hacen uno y giran hasta ponerla de frente, cara a cara con la titular.

Llega el momento cumbre. Calle Tizo se vuelca con la Patrona de Capuchinos en una tradicional petalada que no deja indiferente a nadie.

A las 23.15 horas llega el final de su recorrido. Los hombres de trono se abrazan con fuerzas al varal para realizar la última maniobra y subir las escaleras de su templo. "Viva la Divina Pastora". Y de nuevo, un año más, culmina su Procesión de Alabanza.