Aleluyas volando con alegría, cohetes tronando en el cielo y el Himno Nacional resonando mientras la Virgen del Rocío se hacía a la calle para iniciar su procesión en la Magna Victoria. La Banda de Nuestra Señora de las Nieves ataca con brío los compases de 'Reina de San Lázaro' y el numeroso público en la puerta de la casa hermandad prorrumpe en aplausos y "vivas" a la Virgen. Su barrio acudió a su cita con esta advocación, que este año ha cambiado su procesión de Pentecostés por la Magna.

La Virgen del Rocío lucía espectacular en su trono procesional. El sol apretaba y hacía brillar cada puntada de oro de su saya y de su palio, cada giro labrado en plata de su trono y realzaba un exorno floral en blanco y rosa acorde con la dignidad de esta imagen.

La subida a la calle Altozano fue una demostración de cariño de sus vecinos a la Virgen. "Vivas", aplausos y muchas familias se acercaron a este primer tramo. 'Al cielo con Ella' sonaba con firmeza y potencia por una banda que ha sido un acierto de la cofradía. Banderines para coronar la subida y la bandera de España con el lema 'Novia de Malaga' cruzaban la calle, donde una alfombra de romero y buganvillas recibió al trono, aromatizando el ambiente y siendo recogidas por muchos vecinos tras ser pisada por la Virgen del Rocío.

La relación de la Virgen del Rocío con la Tribuna de los Pobres trasciende las fechas y el momento. La entrada de este trono a ese punto hace que el tiempo se pare y no haya nada más. Manuel Cuevas dedicó una saeta a la Virgen justo antes de entrar. Hizo valer una prodigiosa voz para cantar sin micrófono ni altavoz con potencia y delicadeza. A partir de ahí se sucedieron los vivas y aplausos a la Virgen del Rocío, cuyo trono se puso de cara a la Tribuna de los Pobres, levantaron dos veces a pulso entre vivas y aplausos. Era la Virgen del Rocío y la Tribuna de los Pobres. No hacía falta nada más. Ni nada menos.