El olor a incienso impregna los alrededores de Santo Domingo y la gente se agolpa a las puertas de la basílica de la Esperanza. La Virgen de la Soledad avanza su paso para acercarse al recorrido oficial.

Parece Jueves Santo y la marinera luce con un brillo especial: el brillo de su primera vez en la Magna como Nuestra Señora de la Soledad Coronada. Cuánto tiempo esperando que llegara este momento...

Ni los más pequeños han querido perderse este día: "Mira, mamá, qué guapa", comentan a su paso por la Casa Hermandad, mientras que esta, previo a su salida, abre sus puertas como saludo.

"Seguimos de frente", grita el capataz. Y así, entre alabanzas, avanza la reina de Santo Domingo.