La hermandad hispalense de la Esperanza de Triana ha anunciado este domingo que el pintor de Benalmándena José Antonio Jiménez será el encargado de realizar el cartel para anunciar la Semana Santa de 2021 de esta cofradía de La Madrugá. Jiménez es una indiscutible referencia del arte sacro en la actualidad y ha sido autor de numerosos carteles para las cofradías malagueñas, incluido el oficial de la Semana Santa de Málaga de 2019.

Se suma así a la cada vez más amplia nómina de artistas malagueños que son reclamados por hermandades sevillanas. Raúl Berzosa, por ejemplo, pintó en 2015 el cartel de la Semana Santa de Sevilla, por encargo del Consejo de Hermandades y Cofradías y es también autor de varias obras en el camarín de la Virgen de las Angustias, en el santuario de la cofradía de los Gitanos. El taller de Manuel Mendoza lleva años bordando para corporaciones hispalenses, en especial para la de las Penas de San Vicente, al igual que Joaquín Salcedo, que ha trababajado para la hermandad de La Milagrosa, realizando el palio de la Virgen del Rosario. O Fernando Prini, el diseñador malagueño autor del proyecto del nuevo manto de procesión de la Virgen de la Consolación, de Nervión, aún por estrenar.

La obra de José Antonio Jiménez no está exenta de polémica. El mismo cartel de la Semana Santa de Málaga de 2019 la tuvo, por la inclusión de una rotulación estridente que formaba parte intrínseca de la composición, a modo de pintadas sobre un muro blanco, sin las que la obra perdería parte de su sentido, pero que no fue del gusto de muchos cofrades, que esperaban, quizás, una concepción más tradicional del cartel.

Este año 2020 pintó el paño de la Santa Mujer Verónica, de la hermandad de Salutación, utilizando el rostro del Gran Poder, que cumplía aniversario, una elección que no fue tampoco bien comprendida por algunos cofrades de Málaga. Y recientemente también ha sido objeto de polémica las pinturas de los santos para el retablo de la iglesia de San Miguel de Guadix, en las que lleva años trabajando, y para las que ha utilizado modelos reconocibles.

Son obras que reflejan la intención del artista por ir constamente innovando en sus creaciones, sin encasillarse, demostrando su ingenio de manera valiente y hermanando lo clásico con lo nuevo y las vanguardias.

La Esperanza de Triana ha apostado decididamente por este pintor, del que destaca que "su obra sacra no es solo color, es materia real que se hace presente y se transfigura para visibilizar la unión del espíritu y la carne, del cielo y la tierra. En definitiva, la intención no es otra que hacer converger lo divino y lo humano. En ese proceso de humanización, la pintura de José Antonio hace reconocer la simbolización de los iconos, constituyendo emblemas religiosos e identitarios que hacen próximo a nuestro entorno el concepto de santidad y cercanía de la propia Iglesia. En definitiva, un reto es lo que el propio artista al concebir una imagen sagrada, creando un equilibrio entre la calidad artística y la transmisión espiritual que ésta alcanza, independientemente de su valor material".