Con una alegría desbordante y casi en una nube, la presidenta de Manos Unidas en Málaga destacó el papel de los voluntarios malagueños y de muchas instituciones de la provincia para conseguir el Premio Príncipe de Asturias.

¿Cómo habéis recibido en Málaga la noticia del premio?

Con una inmensa alegría y un ataque de nervios. Los voluntarios estaban en la sede esperando a conocer la noticia y cuando dijeron que había ganado Manos Unidas, hubo muchos gritos, llantos y muchísima alegría. Es un honor muy grande y un estímulo para seguir trabajando.

El premio se le concede a Manos Unidas a nivel nacional, pero la delegación de Málaga ha tenido un papel muy destacado en apoyar la candidatura.

La candidatura la presentó la Conferencia Episcopal, pero desde las diferentes delegaciones hemos trabajado para recabar apoyos. Se han enviado 6.000 cartas desde toda España, de las que más de 300 fueron enviadas desde Málaga, firmadas por instituciones y personalidades muy diversas.

Se puede decir que una parte importante de este premio corresponde a Málaga.

El mérito de lograr el Premio Príncipe de Asturias corresponde a todas las personas que han estado en Manos Unidas durante los 50 años de su historia, los que hacen su aportación para su financiar los proyectos, los medios de comunicación, las instituciones y todo el pueblo de Málaga, que es muy generoso.

¿Cuánta gente colabora con Manos Unidas en Málaga?

Actualmente tenemos 45 voluntarios repartidos por toda la provincia, que se dedican a sensibilizar a la población de las carencias de los países en vías de desarrollo. Además, tenemos a los socios con cuota fija y mucha gente que hace aportaciones voluntarias. La delegación de Málaga está desarrollando 20 proyectos concretos de los 700 que lleva adelante Manos Unidas.