La Fiscalía de Sevilla ha abierto un expediente de protección de menores respecto a la niña rumana de diez años, Elena, que dio a luz el pasado 26 de octubre en un hospital de Jerez de la Frontera. Fuentes de la Fiscalía han informado de que el expediente se dirige a averiguar si la niña ha estado escolarizada durante las semanas en las que ha vivido en Lebrija y si recibió la asistencia médica correcta en las últimas semanas de su embarazo. Los posibles responsables de tales omisiones serían los padres de la menor, han precisado las fuentes.

Mientras tanto, la familia de la menor ha eludido hasta el momento el contacto con los servicios sociales del Ayuntamiento de Lebrija, localidad sevillana donde reside la menor con su madre y otros parientes. La alcaldesa de Lebrija, María José Fernández, aseguró ayer que representantes de los servicios sociales de la localidad intentaron ayer entrar en la casa para ponerse en contacto con la familia y comprobar el estado de la madre, de su hijo y del presunto padre, al parecer otro menor. Sin embargo, no pudieron acceder la vivienda. Horas después, un segundo intento resultó ser más exitoso. De esta visita se desprende, según la alcaldesa, que la familia habita una vivienda «muy humilde», pero que sus condiciones de vida no son «preocupantes». Una pediatra reconoció a la menor y al bebé sin identificar «ningún problema».

Según Diario de Jerez, el rotativo que sacó a la luz esta historia, dio ayer nuevos datos: al parecer, Elena vino hace unas tres o cuatro semanas a nuestro país para asistir a la boda de un pariente y tener a su hijo en España –una niña, que se llamará Nicoletta–.

Por su parte, Olimpia, la madre de Elena, respondió ayer a los periodistas agolpados en la puerta de su casa. Aseguró que el padre del bebé y Elena ya no son pareja y, además, manifestó su sorpresa por el revuelo generado: «A esta edad [diez años] es cuando nosotros nos casamos en Rumanía», zanjó.