Además de ser un lugar para el relax y el disfrute veraniegos, la playa puede considerarse un balneario natural que produce efectos beneficiosos en nuestra salud. Quien más o quien menos ha podido comprobar que ir a la playa mejora el estado de ánimo y hasta abre el apetito. Pero ahí no queda todo, ya que acciones como pasear por la orilla, darse un chapuzón en el mar y tomar el sol pueden ser muy recomendables para aliviar algunas enfermedades y prevenir otras. Eso sí, siempre que se realicen con precaución.

De entrada, tumbarse sobre una toalla extendida en la arena, alivia contracturas musculares y problemas óseos gracias al calor seco que emana de esta superficie. Asimismo, tomar el sol es muy recomendable para pacientes con osteoporosis, ya que el astro rey favorece la síntesis de vitamina D, que contribuye al mantenimiento de la masa ósea, según explica el traumatólogo del Hospital Quiron de Málaga, Manuel Escalona.

Esta vitamina es un «potente antioxidante» que además contribuye a la inhibición del cáncer. «El sol produce cáncer de piel, pero al mismo tiempo la vitamina D protege de cánceres, sobre todo internos», cuenta el jefe de Dermatología del Hospital Clínico y catedrático de la Universidad de Málaga, Enrique Herrera.

Sin renunciar en ningún caso al protector solar y evitando siempre la exposición durante las horas centrales del día, tomar el sol y su combinación con el agua del mar beneficia a aquellas enfermedades inflamatorias de la piel que se producen por una hiperactividad del sistema inmunológico, como la dermatitis atópica y la seborreica, el liquen plano (caracterizado por un exceso de linfocitos en la piel), el vitíligo (consistente en la aparición de manchas blancas), los eccemas y la piel seca.

En este sentido, el sol también mejora el acné «en un 90% de los casos», al disminuir la inflamación y la infección de las lesiones, facilitar la cicatrización de las mismas y causar un efecto de peeling y descamación. Estos beneficios para la piel afectada por la inflamación de las glándulas sebáceas se pueden potenciar combinando el sol con baños, ya que el agua del mar es «un emoliente muy hidratante», asegura el doctor.

Contra la calvicie

Pero quizás, uno de los efectos positivos más sorprendentes del sol sea que favorece el crecimiento del cabello en los casos de alopecia areata, esto es, la pérdida de pelo en una zona localizada el cuero cabelludo. Este hecho se explica en que este tipo de calvicie está provocada por un exceso de actividad del sistema inmunológico de la piel, mientras que el sol actúa como «inmunosupresor».

A pesar de todas las mejorías que la piel puede experimentar bajo es sol, algunos pacientes deben abstenerse de tomarlo, como aquellos con ampollas derivadas de las porfirias, y otros deben tener especial precaución y usar fotoprotectores. En este último grupo se encuentran los afectados por lupus cutáneo, los alérgicos al sol, los que tengan cicatrices de extirpaciones recientes y aquellos que sigan un tratamiento con medicamentos fotosensibles.

Caminar sobre la arena húmeda de la orilla mientras el mar refresca los pies también tiene sus beneficios. El contraste entre el aumento de la temperatura local en el pie que se produce al andar y la temperatura fría del agua se convierten en la «mejor rehabilitación» que pueden realizar las personas que sufren un esguince de tobillo, asegura el doctor Escalona.

Estos paseos al borde del mar también son recomendables para aquellos que tengan pies planos, ya que al caminar descalzos sobre la arena dura, el pie se hunde y al levantarlo toda la musculatura entra en funcionamiento, de forma que se puede llegar a generar el arco plantar que le falta a este tipo de pie.

Por el contrario, la podóloga y secretaria del Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía, Elvira Bonilla, desaconseja esta práctica a pacientes con pie cavo, caracterizado por exceso de arco o bóveda plantar; con pie equino, patología caracterizada por mantener una posición persistente de flexión plantar «como de puntillas»; y con un acortamiento de la musculatura posterior de la pierna. «Puede resultar muy incómodo o molesto y acentuar aún más estas patologías», dice Bonilla.

Los paseos por la orilla contribuyen además a potenciar la musculatura de los pies y eliminar ligeramente las durezas al ser masajeados ligeramente con la arena húmeda, que hace de exfoliante natural. Sin embargo, el uso de calzado para pasear por la orilla es muy recomendable en zonas con rocas o erizos, así como imprescindible para diabéticos.

Estos pacientes pueden sufrir alteraciones del sistema nervioso que se manifiestan en pérdida de sensibilidad en los pies. Por ello, el diabético puede no sentir el calor, los golpes o el dolor y si se hacen una herida al caminar descalzos se puede infectar con facilidad porque no la detectan a tiempo, explica Bonilla. De igual manera, en las personas con patología vascular, una herida en el pie puede complicarse ya que no existe el suficiente riego sanguíneo para aportar nutrientes y que se cierre. En general, las heridas no deben mantenerse húmedas.

Descanso para las piernas

Pasear por la arena húmeda favorece el retorno venoso y, con ello, contribuye al descanso de las piernas con varices. Según indica la jefa del servicio de Angiología del Hospital Quiron de Málaga, María Jesús Lara, el agua fría del mar contrae la pared de la vena de forma que ésta empuja la sangre hacia el corazón, una función que las venas afectadas por varices han perdido. Este efecto se acentúa si en lugar de pasear por la orilla, se camina dentro del agua, que además es más recomendable que tomar el sol, ya que el calor de la playa empeora las varices.

Sumergir el cuerpo en el mar supone otro nuevo baño de salud. Según el especialista en Medicina Interna del Hospital Regional de Málaga Fernando Salgado el agua del mar es rica en yodo y favorece el funcionamiento del tiroides. Asimismo, su alto contenido en sodio la dota de propiedades secantes y antiinflamatorias, lo que puede aliviar problemas respiratorios. De hecho, muchos aerosoles para descongestionar las fosas nasales solo contienen agua de mar esterilizada. Un ejemplo de que a veces la playa puede convertirse en la mejor medicina.