La capital de Renania del Norte-Westfalia encamina sus pasos a consolidarse como una plataforma del arte contemporáneo de Alemania, con una constante apertura de museos y galerías, amplia e interesante programación de acontecimientos artísticos y, sobre todo, por el apoyo a los artistas.

Una obra de arte reciente es el MedienHafen (el antiguo puerto), fiel reflejo de que para desarrollar la creatividad sólo es necesario prestarle un espacio: si los arquitectos de renombre han dado forma a los edificios, las empresas de distintos ámbitos los van ocupando con ideas y proyectos.

Una vuelta por la renombrada Kunstakademie, levantada en 1773, lo que la sitúa como la más antigua de Europa, consigue transmitir ese indescriptible ambiente artístico que provocan los lienzos y los acrílicos. En sus aulas se respira la tensión creativa, y en los pasillos se apilan las obras de arte. Aunque las pruebas de acceso no son fáciles, entrar en ella es garantía de respeto y de futuro.

Son muchas las iniciativas de esta ciudad que, a modo de gran mecenas, ofrece a los jóvenes talentos, desde los cuatro años de formación gratuita en la Kunstakademie con renombrados profesores, como su rector, profesor y artista, Marküs Lüpertz, al módico alquiler de estudios (a 5€/m2) en el Atelierhaus, una antigua fábrica de lámparas restaurada a escasos kilómetros del centro de la ciudad, donde están instalados más de 45 artistas. Michael Behrens, artista del vidrio; Cosima Fuchs, pintora, y Konstatin Langen, instalaciones y performances, coinciden al afirmar: "Nos gusta trabajar en Atelierhaus porque es una forma estupenda de compartir -experiencias".

Arquitectos de renombre como Frank O. Gehry, David Chipperfield, Joe Coenen, Steven Holl y Claude Vasconi, entre otros, han contribuido a crear el nuevo horizonte arquitectónico de Düsseldorf, un perfil de acero y aluminio que ha transformado parte del antiguo puerto en una moderna área de negocios y de ocio. Agencias de publicidad, moda, tecnología, arte, productoras de televisión, medios de comunicación, consultorías, estudios de arquitectura… en total, más de 450 empresas subidas al carro de la modernidad, en un entramado ordenado e impecable de calles y oficinas con el halo de recién estrenado, en el que más de un taxista se desorienta.

Junto a estas empresas de negocio, también se sitúan las de ocio, especialmente restaurantes y locales de moda, todos ellos con un marcado estilo de diseño, y que son los que en los últimos cuatro años han experimentado el mayor crecimiento. Holger Berens, chef y propietario del restaurante Berens am Kai, instalado en los bajos de un edificio de Chipperfield, comenta: "Fui de los pioneros, aposté por esta zona hace ya más de 15 años, y venir aquí fue un gran acierto".

Las escaleras de la Burgplatz son punto de reunión para una gran parte de los habitantes de la ciudad y una de las puertas de acceso al Altstadt desde el Rin. Es en esta zona donde desemboca en el Rin el río que dio nombre a la actual metrópoli, el Düsseld. Caminando en dirección sur a través de la Marktstrasse se encuentra otra de las famosas plazas, la Marktplatz, sede del Ayuntamiento y espacio elegido para el mercadillo navideño. Desde ahí, un recorrido por la Bolkerstrasse permite descubrir, además de la casa natal de Heinrich Heine, por qué esta ciudad también es conocida turísticamente como la barra más larga del mundo. Bares y restaurantes se apiñan uno junto a otro, y tanto se puede saborear especialidades del Rin como platos de cocina oriental, mexicana o española. Una de las especialidades locales es la cerveza Altbier, que se sigue fabricando de modo tradicional.

Lo mismo ocurre en la calle paralela, la Flingerstrasse, donde se concentran las tiendas, muchas de ellas de ropa y a buenos precios. El barrio de Karlstadt, reconocido por sus galerías de arte, acoge también pequeñas tiendas de diseñadores. La calle Citadellestrasse alberga un elegante palacio de los siglos XVIII y XIX, y otras dos calles son imprescindibles para hacerse una idea de la tranquilidad de este barrio con aire romántico: Bastionstrasse, la meca de las antigüedades, y Bilkerstrasse, donde se localiza la casa de Robert y Clara Schumann. De regreso hacia el centro, la Carlsplatz es parada obligada para gourmets, ya que diariamente se celebra un exquisito mercado.

Al este, se localiza la zona de la estación Central, donde muchos jóvenes han optado por vivir debido al precio de los alquileres (un piso de unos 50 o 60 metros no supera los 500-600 € al mes), pero también por sus bares y restaurantes, algunos de ellos de ambiente, tiendas y su apuesta multicultural. Destaca la Thanzhaus NRW, una escuela de danza ubicada en un antiguo almacén de tranvías que casi tiene categoría de centro cultural.