A Julio Bienert Julius se le conoce como el «soltero gourmet» gracias a sus programas -que son un éxito de público- en Canal Cocina, en los que en 22 minutos prepara completos y fáciles menús, de ésos que son sabrosos pero que no requieren las técnicas de un experimentado chef. El cocinero mallorquín se formó en el País Vasco y ha pasado por los fogones de varios restaurantes en España. También regenta una empresa de catering y ha publicado diversos libros con recetas, especialmente indicados para esta vida moderna que tan poco tiempo nos deja para los fogones. No cree que la crisis económica nos deba obligar a comer peor, pero sí a buscar productos de temporada y a mejor precio.

Vuelve a la televisión con Los 22 minutos de Julius. ¿Qué tal está resultando la experiencia?

Pues sí, es algo que me hace mucha ilusión. Estoy muy contento y con muchas ganas.

Y mantiene lo de cocinar un completo menú en 22 minutos. ¿Por qué esta cifra y no media hora, que suena mucho más redondo?

No sé... Es un tiempo atractivo. 22 minutos están bien, yo creo que es el tiempo que la gente tiene para cocinar.

¿Todo el mundo tiene ese tiempo? Son muchos los que dicen que no cocinan por falta de tiempo y recurren a la comida preparada

Yo creo que sí, que no es excesivo y en 22 minutos se puede hacer mucho.

¿Se puede cocinar en 22 minutos platos con fundamento y calidad? La cocina lleva su tiempo...

Sí que se puede. Y no sólo un plato, sino un menú completo. Hay de todo: los que dedican una mañana entera a cocinar o los que echan 22 minutos. Todo el mundo puede ponerse al frente de los fogones, tanto los que nunca han cogido una sartén como los más experimentados. Y mis platos salen ricos. No sé, cada uno lo hace como sabe.

Pero hay platos como una fabada que son absolutamente imposibles de preparar en 22 minutos...

Hay cosas que no se pueden hacer porque requieren su tiempo. Y una fabada no sería posible. Lógicamente hay platos que me encantaría cocinar en 22 minutos, pero tengo que prescindir de ellos en el programa. Me gustaría, por ejemplo, hacer un buen cordero al horno, pero no es posible.

Confiéselo: ¿Tiene truco su programa de televisión?

No lo hay. A veces no queda más remedio que parar por cuestiones técnicas, pero todas las recetas se ajustan a esos 22 minutos. Y en el nuevo programa ya los grabamos todos del tirón.

¿Cómo prepara y selecciona las recetas, porque son muchas las que prepara a diario?

Es complicado y duro. No estoy solo, sino que me ayuda Sara, una compañera.

Me imagino que se sentirá usted orgulloso de que muchos solteros hayan vuelto a cocinar, ¿verdad?

Orgulloso es poco, es una gran satisfacción. Es terrible la repercusión. La gente me para por la calle para preguntarme alguna receta, pedirme algo para su novia, para su padre...

¿La cualidad del buen cocinero, en su opinión?

Conocimiento, pero sobre todo cariño. Hay que tener experiencia, sí; pero lo importante es tener ganas de cocinar. Para hacer una buena tortilla de patata, que es sencillo, no hace falta ser un gran chef, sino poner interés y cariño.

¿Qué receta recomienda para el verano, que está estos días a la vuelta de la esquina?

Pues algo fresco como un gazpacho de sangría. Y no lleva nada de tiempo, ni 22 minutos. Media sandía sin pepitas, un par de tomates y un cuarto de cebolla. Se tritura todo y luego se pasa por el chino. Está fresquito, dulzón y muy rico.

Crisis económica y calidad de ingredientes para cocinar parece que no casan bien.

En absoluto, hay buenos ingredientes y baratos. Lo que hay que hacer es fijarse en los productos de temporada y buscar siempre un buen precio. Lógicamente, hay que prescindir de aquellos de lujo. El marisco, el foie, la trufa, carnes especiales... Mejor dejarlos aparcados. Pero se pueden hacer buenos platos y de calidad por no mucho dinero.