De la tradicional ropa vieja a las galletas de leche agria pasando por la tortilla de fabes y picadillo, quiche de pollo con champiñones, brazo de gitano salado y croquetas de verduras. Estos son algunos de los platos que se recogen en el libro Resaborea, 40 recetas sin desperdicio, editado por Cogersa (Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos de Asturias).

La publicación, que se puede descargar en PDF en la página web hogaresresiduocero.es, es el resultado de un concurso que convocó el consorcio de basuras enmarcado en la campaña Hogares residuos cero. Los participantes en ella debían presentar recetas preparadas a partir de las sobras más frecuentes que van quedando por las cocinas.

De media, en España se tira a la basura alrededor de un 25 por ciento de la comida que se compra, una parte de ella incluso de productos que ni siquiera han llegado a abrirse.

En el libro Resaborea, 40 recetas sin desperdicio no se dan soluciones de cocina vanguardista, ni mucho menos; sencillamente se recuerda en muchos casos una forma de recuperar fácilmente parte de nuestra cocina tradicional.

La filosofía de esta singular publicación está basada en que casi todo se puede aprovechar en la cocina con platos muy sabrosos, especialmente en tiempos de crisis en los que la economía doméstica es vuelve algo tan importante, como sabían tan bien las abuelas. Este libro recuerda su sabiduría e ingenio gastronómico con soluciones tan baratas como sorprendentes y sabrosas que ahora se quieren recuperar.

«En la cocina se crea todo el tiempo cuando te gusta lo que haces, y además es una forma de ahorrar tiempo, espacio y dinero». Ésta es la filosofía de la venezolana Indirath Coronado, la ganadora del concurso de Cogersa, con su quiche de pollo con champiñones. «En mi casa lo hago siempre y los resultados son muy buenos en todos los aspectos, igual que con otros muchos platos», apostilla satisfecha.

El recetario está dividido en ocho apartados, seis de platos preparados con las sobras de cereales y legumbres, carne, pescado, verduras, fruta y frutos secos y leche. Además, incluye cuatro recetas elaboradas en la Escuela de Hostelería de Gijón, que participó en esta iniciativa, y un apartado de consejos prácticos. En este último se explican los trucos para comprar de forma racional y para conservar mejor los diferentes alimentos y de esta manera evitar que se pierdan.

Los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura no pueden ser más preocupantes: cada ciudadano europeo desaprovecha entre 95 y 115 kilos de alimentos al año en la fase de consumo. Todo un desperdicio imperdonable que se puede llegar a evitar dejando más a la vista los alimentos que están próximos a caducar, haciendo la compra con una lista que incluya sólo las auténticas necesidades, planificando un menú semanal, comprando productos a granel y alimentos frescos, revisando las fechas de caducidad y calculando que la cantidad media de una ración por persona oscila entre los 75 y los 100 gramos.

Para evitar que los diferentes productos que nos sobran se pierdan rápidamente, este nuevo recetario ofrece también trucos muy sencillos.

Algunos consejos prácticos: La carne cruda untada con un poco de aceite se preservará en la nevera de malos olores. Las yemas de huevo cubiertas con un poco de agua aguantarán un par de días en la nevera. La pasta, una vez cocida, se podrá utilizar unos días después si antes de que se enfríe se le añade un poco de mantequilla y se guarda en la nevera. El pan envuelto en un paño se conserva mejor.

Las cebollas, si se untan con mantequilla, la parte ya partida se conservan más días. Y la lechuga lavada y escurrida y guardada en un recipiente hermético durará más tiempo fresca. Prácticas nada nuevas pero en muchos casos olvidadas, igual que el austero y práctico recetario de la abuela.