El mundo de la peluquería ha dado unas cuantas celebrities en nuestro país, artistas del cabello que han terminado siendo casi tan famosos como los peinados por ellos. Ruphert es uno de ellos. La frase «Ruphert, te necesito» es uno de los eslóganes publicitarios más recordados de todos los tiempos, y nos anticipó los actuales tiempos de peluqueros estrella como Tabatha Coffey. Repasamos con él algunas de las más curiosas anécdotas de su larga y provechosa carrera profesional.

Me imagino que le habrán hecho muchas veces la misma pregunta, pero ¿a qué artista famosa le hubiera gustado peinar?

Pues es que ahora mismo no tengo ni idea. Tuve un problema con Madonna, a la que iba a hacer un peinado de dos colores. Ella quería saber cómo peinaba y le mandé un vídeo. No llegó porque se perdió, y le tuve que dar el pelo a Mónica Naranjo. Siempre me quedó esa espina de que si lo hubiera lanzado con Madonna no se lo hubiera quitado nunca, como se lo quitó Mónica. Porque si Madonna va con ese color y tiene tanto éxito como tuvo esa otra mujer, ella muere con él. Ese pelo lo inventé para Madonna. Con 200 postizos, 200 colores, 200 historias.

¿Y cómo hubiese sido su creación?

Blanco y negro. Tenía la idea de hacer las dos caras de una mujer. Pero no se prestó el momento. Cuando me dijeron que Madonna quería un peluquero español y un fotógrafo en Miami, yo tenía que recoger un premio en Hollywood. El vídeo lo mandé desde Nueva York, y se perdió. Luego me lo devolvieron a los dos o tres días.

¿Se perdió en el camino?

Cuando vino Tomás Muñoz, que era el director de la Sony, me dijo qué hacemos con esta mujer. Yo la vi con el pelo achicharrado, negro y con el ombligo al aire que se parecía a la Rosario, entonces dije: «No, esa imagen de Rosario hay que quitarla». Es posible que no lo he hecho con una americana y lo haga con una catalana. Luego Mónica Naranjo no supo aprovechar ese pelo, porque no se lo tenía que haber quitado nunca.

¿Cuando ve a una mujer sabe inmediatamente qué pelo le conviene más, y cómo hay que cortar?

La verdad es que enseguida acierto. Hay que verla físicamente, caminar, su trabajo. Si es actriz no la puedes peinar como a las demás. Las mujeres que se dedican al cine y al teatro deben llevar pelo, porque se puede jugar mucho. Una mujer que no tiene personalidad, pero tiene un pelo bonito y hace así [gesto de moverle el cabello de lado], ya cambia. Isabel Sartorius cuando se separó del Príncipe Felipe se quiso cortar el pelo y le dije que no. Se llevó un gran disgusto y estuvo enfadada dos años hasta que le creció. Son mujeres guapas, pero si no mueven el pelo quedan aburridas. Y acerté. Pero me costó que ya las relaciones ya no fueran tan maravillosas. La verdad es que sueño mucho con personalidades. Como con la Montiel. He vuelto a soñar recientemente con ella, y la verdad es que estaba deseándolo. He soñado mucho con la Jurado, María Callas y Eva Perón, que, aunque no la peiné, viví muchos años en su país, en Argentina, y que creo que el éxito me lo dio su espíritu.