Tras aterrizar en el aeropuerto de Asturias, don Felipe y doña Letizia se han desplazado en automóvil hasta la capital para dirigirse al Hotel de la Reconquista, en cuyas calles aledañas las Fuerzas de Seguridad mantienen un gran despliegue policial.

Nada más salir del vehículo, doña Letizia ha utilizado un gran paraguas negro para guarecerse de la lluvia, no muy intensa, que caía a la llegada de los Príncipes sobre la capital asturiana, y poder saludar a las autoridades autonómicas y locales.

A las puertas del hotel han sido recibidos por el presidente del Principado, Javier Fernández, por el presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Matías Rodríguez Inciarte, y por el alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias, entre otras autoridades.

Como es tradicional, la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo ha acompañado con su música la llegada de los Príncipes, y así, bajo los acordes de la "Muñeira de Llibardón", ambos han posado, protegidos por el paraguas, para fotógrafos y camarógrafos.

Tras los saludos protocolarios, don Felipe y doña Letizia se han dirigido al interior del histórico edificio que acoge el Hotel de la Reconquista, el cual será escenario de las ocho audiencias que los Príncipes van a mantener, durante la jornada de este jueves, con unas 240 personas de diversas entidades de la sociedad asturiana.

Así, en compañía del presidente autonómico, Javier Fernández, y también siguiendo una tradición que se repite en la víspera de la entrega de los premios internacionales, han recibido a los galardonados con las Medallas de Asturias.

Se trata de una delegación de la Fundación Vinjoy de la Sagrada Familia, encabezada por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes; de la empresa Talleres Zitrón; las asociaciones de vecinos del Valle de la Zoreda, los impulsores del cambio hacia un nuevo modelo hospitalario y el Grupo de Rescate de Bomberos de Asturias.

Después de este encuentro con los distinguidos con las Medallas de Asturias 2013, don Felipe y doña Letizia se reunirán durante la mañana con estudiantes ganadores de los premios fin de carrera 2012 de la Universidad de Oviedo, representantes del Patronato del Parque Natural de Somiedo, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, y el X Consejo Local de los Niños y Niñas de Oviedo.

Por la tarde se celebrarán tres audiencias más con representantes de un Instituto de Educación Secundaria de Langreo, con la Asociación Asturiana contra la Fibrosis Quística y con el Real Grupo de Cultura Covadonga.

Don Felipe y doña Letizia han viajado a Oviedo acompañados del jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y mañana por la tarde se espera a la Reina, quien también estará presente en la solemne entrega de los Premios Príncipe de Asturias en el Teatro Campoamor.

A las ocho de la tarde, asistirán al concierto que la Fundación organiza en colaboración con Cajastur, en el que la Sinfónica de Asturias y el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias interpretarán un programa de homenaje a Richard Wagner, con motivo del bicentenario de su nacimiento. El público deberá ocupar sus butacas a las siete y media de la tarde.

El Príncipe prudente

Cuentan las biografías de Felipe de Borbón y Grecia que sus tres años de formación militar fueron duros, y no sólo porque el despertador sonara demasiado pronto. "Lo pasé mal a ratos, pero sabía que era mi obligación y las obligaciones están para ser cumplidas", declaró en uno de los libros que se han publicado sobre él.

El sentido del deber es uno de los rasgos de la personalidad del hijo de los Reyes y heredero de la Corona. La salud de su padre, deteriorada en el último año por las sucesivas operaciones de cadera, le han dado mucho mayor protagonismo en la vida institucional, en ocasiones como heredero de la Corona y, en otras, en representación del rey. Acaba de llegar de Panamá, donde asistió a la Cumbre Iberoamericana y a la inauguración del Congreso de la Lengua Española. Las crónicas, como siempre que viaja al extranjero, hablan de una persona seria, rigurosa, con un gran sentido del deber. Y, sobre todo, prudente.

En las encuestas, su popularidad sube, pese al delicado momento que vive la monarquía, con un caso de corrupción en la familia real. Dicen que conoce bien su país, con sus virtudes y sus defectos, y que pasea orgulloso el nombre de España porque tiene confianza en la capacidad de los ciudadanos para superar la crisis económica e institucional. Su mensaje, que suele reiterar en todos los discursos, es que la superación de las dificultades debe hacerse sumando y no restando esfuerzos de todos.

Probablemente lo vuelva a decir mañana, en su discurso más personal del año, el que pronuncia con motivo de la entrega de los Premios que llevan el nombre de su título. Un discurso que don Felipe suele rematar en el vestíbulo del Reconquista la noche anterior, acompañado de los responsables de la Fundación y de su secretario, Jaime Alfonsín.