«Trabajar el amor previene la violencia». Éste es el título del curso que imparte la doctora en Sociología por la Universidad de Alicante y Diplomada en Estudios Avanzados en Género y Feminismo por la Universidad Internacional de Andalucía, Ana Bello. Tiene como fin ayudar a detectar actos de violencia encubierta por parte del hombre que, con el paso del tiempo, desembocan en casos de maltrato.

¿Cuál es el eje principal de su taller?

Prevenir la violencia de género. También combatir el modelo de amor romántico, que engloba las relaciones en las que los protagonistas son el control, el dominio y la posesión.

¿Pueden existir otros modelos diferentes al concepto de amor romántico al que hace referencia?

Sí. En la última sesión del taller mostraremos otros tipos de modelos. El amor no debe supeditarse al dominio de la otra persona. No somos medias naranjas de nadie. En el momento en el que se empiezan a desvirtuar esos mitos se genera otra forma de relacionarte con tu pareja.

¿Qué bases deben sentar una buena relación de pareja?

Hay que trabajar la igualdad en pareja. Intentar tener una relación libre e igualitaria y no cometer con la persona que tienes al lado actuaciones que no se tendrían con uno mismo. Una relación igualitaria es mucho más enriquecedora que una de dominio, de poder o de posesión.

¿Cómo se pueden frenar este tipo de conductas de dominio cuando ya se han implantado en una relación?

Toda la sociedad se ha habituado a este tipo de amor, tanto hombres como mujeres. Por ello, lo primero debe ser el diálogo. Cuando uno de los miembros se sienta cohibido ante el otro debe decírselo. Pero es importante que se detecte. Hay muchas chicas jóvenes que si el chico no sigue esas conductas no se sienten queridas.

¿Este tipo de hábitos están normalizados en noviazgos adolescentes?

He hecho talleres con jóvenes en los que las chicas me contaban que sus parejas les controlaban el móvil. Lo sorprendente es que no lo planteaban como un problema si no como todo lo contrario, como que se preocupan por ellas y que las querían mucho. Lo que intento es mostrar que este modelo de amor sienta las bases para que más adelante se puedan presentar problemas de malos tratos. No en todas las parejas en las que se dan estos comportamientos terminan existiendo malos tratos, pero sí que me atrevería a decir que en todas las parejas en los que aparecen han habido estas pautas de comportamiento previas.

¿Son los más jóvenes, por tanto, la población con la que hay que volcarse para frenar este problema?

Es primordial que se pongan los límites en la adolescencia. Visibilizar la violencia encubierta es importante para pararla desde un principio. Sobre todo de jóvenes cuando no tienes vínculos con esa persona y no existen hijos. Luego es mucho más complicado para la mujer tomar la decisión. Por ello las adolescentes deben tener las claves para detectarlo con el fin de que no toleren ese tipo de relación.

¿Qué tipo de actuaciones no se pueden consentir?

Que controlen tu tiempo, tus actividades habituales, así como que condicionen las amistades que el otro miembro tiene. Los cambios bruscos de humor en el hombre suelen ser otro indicador. Pero lo más significativo en estos casos es el miedo de la mujer. Cuando a ella le da miedo decirle o contarle cualquier cosa a su pareja porque teme su reacción deben saltar las señales de alerta.