Los metrosexuales ya son historia. Sí. Esos que se cuidaban más que el sexo femenino, con cremas para cada parte del cuerpo y donde el vello no tenía hueco en ninguna parte de la anatomía masculina. Hombres que se pasaban horas y horas en el gimnasio, cuidando su aspecto físico, se preocupaban por su alimentación y por parecer impolutos de cara a la galería.

Adelanto de lo que ocurre en la actualidad fueron los denominados hipsters. Un término que costaba mucho pronunciar para las generaciones más adultas y que se extrañaban al ver tanta modernura junta. Esta nueva forma de entender la vida que empezaban a llevar los jóvenes del siglo XXI comenzaba a dejarse ver por las calles de todo el mundo, con un toque de rebeldía, poniendo de moda las denominadas gafapastas, sin necesidad de tener que usarlas para ver mejor el mundo que nos rodea, barbudos y que amaban los grupos indies, que colocaron en los primeros puestos de las listas de éxitos musicales.

Se pusieron tan de moda que como bien cita Víctor Lenore en su libro Indies, hipsters y gafapastas, Rupert Murdoch invirtió cincuenta millones de euros en Vice, un grupo mediático de referencia para los hipsters de todo el mundo.

La evolución total de esta cultura culmina en los denominados lumber-sexuales. Lumber significa madera en inglés y con esta traducción podemos deducir cómo es un hombre lumber. La masculinidad y la testosterona rebosa por cada poro de su cuerpo invadido por el vello. Pero que nadie se equivoque. Son atractivos. Todo está estudiado. Su protagonismo se debe a que han sabido destacar como una aguja en un pajar. Han roto cánones. Cuando todos se cuidaban, ellos se dejaban barbas y se tatuaban. Algo que tienen en común con sus predecesores, los metrosexuales, es su pasión por el gimnasio. Un hombre musculoso pero no en exceso. Ya no llevarán a las chicas a hoteles de lujo en el centro de la ciudad con piscinas en la azotea, ni tomarán Martinis. Ellos beben cerveza, aman la comida casera y su afición favorita es practicar actividades al aire libre y alojarse en cabañas en pleno bosque.

La ropa de un lumber

¿Cómo podemos reconocer a esta nueva tribu? Si nos fijamos detenidamente en la forma de vestir que tienen, en la parte superior sus camisas de cuadros son algo clave para ser todo un lumber. Los vaqueros, cuantos más desgastados y rotos mejor. Adiós a los pitillos ajustados que dejaban poco a la imaginación. Las botas todoterreno invaden los pies de este nuevo tipo de hombre, donde Camper y Timberland han encontrado un nuevo nicho de mercado y sin comerlo ni beberlo se han situado en primera línea en las ventas debido a esta nueva moda, a pesar de que siempre han tenido una clientela muy fiel y nunca pasan de moda. Los gorros de lana, puestos de manera estratégica y totalmente estudiada, son el complemento perfecto.

Pero lo que más destaca entre este nuevo tipo de hombre son las barbas. Barbas pobladas. Muy pobladas. Cuidadas al máximo. Las barberías han encontrado un nuevo público y se han vuelto a poner de moda, esta vez por cuidar el vello facial de los hombres y no por eliminarlo con sus cuchillas, que en esta ocasión utilizan para perfilar las barbas. En cuanto al cabello, los pelos largos vuelven a nuestras vidas, donde la coletilla, amada y odiada a partes iguales, se convierte en la gran protagonista y una tendencia cada vez más visible.

Los tatuajes terminan de dar el toque final. La fiebre por la tinta lleva implantada ya varios años entre nosotros. Cada vez son más las personas que deciden tatuarse y dejar en su piel recuerdos, dibujos o lecciones aprendidas para toda la vida (o hasta que el láser intervenga). Pero es cierto que es ahora cuando se puede ver un mayor número de tatuajes en los cuerpos de los viandantes. El mundo tattoo se han convertido en cultura y se aprecia la calidad, pasando a ser una profesión muy valorada, convirtiéndose en un estilo de vida para muchos. Los lumbers suelen decantarse por la tipología de tatuajes denominada old school, donde los toques marineros son los protagonistas. Corazones atravesados, anclas, faros, estrellas, timones entre otros son los elegidos para llenar el cuerpo del hombre lumber.

Aunque esta nueva tribu tuvo su origen en barrios no muy lujosos de la turística Londres, es bastante sencillo ver que los lumber-sexuales han llegado también a Málaga. Es complicado encontrar a jóvenes de entre 18 y 30 años que no se estén dejando la barba (no se sabe si por moda o por dejadez, cosa que también caracteriza a este nuevo prototipo de masculinidad). Las tiendas malagueñas se llenan de camisas con estampado de leñador y botas, además de una gran variedad de esos gorros, tan característicos de los lumbers.

Y no solo es una cuestión física. Fue en el barrio londinense de Hackney donde han ido mucho más allá con los lumbers. Allí podemos encontrar un sin fin de lugares donde se sirven toda clase de cereales, tiendas especializadas en cervezas y técnicas para elaborarla en casa, mercados de comida orgánica y una ruta donde se encuentran diferentes tiendas de moda basadas en la indumentaria lumber.

Famosos que son lumber

A pesar de que las calles mandan y los hombres de a pie han sido los pioneros en imponer la lamber-sexualidad, una vez más, famosos, actores, cantantes y modelos de todo el mundo se han convertido en el paciente cero de este virus urbano. Si David Beckham se posicionó como icono de todos los metrosexuales del universo (aunque ahora en su look se dejan ver pinceladas de esta nueva moda, con su barba y tatuado de pies a cabeza), muchos nombran a Ryan Gosling como la figura visible de los lumbers. Un sin fin de famosos se han unido a las barbas y las camisas de cuadros: Ashton Kutcher, Jared Leto o Justin Timberlake se han pasado al bando de los lumbers. Dentro de nuestras fronteras, Mario Casas, Sergio Ramos, Antonio Banderas o Rubén Cortada han apostado por dejar crecer su vello facial.

Las firmas de moda apuestan cada vez más por modelos llenos de masculinidad, desaliñados y descuidados y estos, conscientes de lo que impone la moda, se apuntan a la fiebre lumbersexual. Los expertos apuntan a Christian Göran como el verdadero abanderado de esta nueva tribu. A pesar de llevar muchos años en el mundo del modelaje, saltó a la fama por un conocido anuncio de comparador de hoteles y desde entonces no ha parado de colaborar con marcas como Gucci, Dolce & Gabbana o Diesel. Pitti Uomo 87, una feria celebrada en Florencia donde se dan cita las firmas más importantes de la moda masculina, ha dejado entrever que en el otoño-invierno de 2015-2016 el hombre seguirá un estilo desenfadado y apostará de nuevo por cuidar al máximo su barba.

Queda inaugurada así una etapa donde los hombres barbudos, camisas de cuadros y tatuajes invaden las calles de todos los países del mundo y las revistas, dejando en el olvido a hombres que irradiaban feminidad y modernos ´gafapastas´.