La NASA ha realizado el segundo vuelo de prueba de su platillo volador LDSD (Desacelerador Supersónico de Baja Densidad). Es un nuevo sistema de aterrizaje para naves en Marte, que incluye el despliegue de un paracaídas con capacidad supersónica.

La prueba, realizada este lunes en el espacio cercano a la base de misiles de la Marina de Estados Unidos en Kauai, Hawaii, no ha sido un éxito completo. A falta del informe final, imágenes de vídeo muestran que el paracaídas del LDSD se desgarró.

"Paracaídas desplegado, pero no se infla. Vamos a estudiar los datos de esta prueba para aprender y mejorar", dijeron funcionarios de la NASA a través de la cuenta de Twitter de la agencia.

La prueba, realizada a las 19.45 horas (hora peninsular española) de este lunes, consistió en la elevación del platillo volador en un globo de helio hasta 35.000 metros, considerado el límite entre la atmósfera y el espacio, con condiciones parecidas a la fina atmósfera de Marte.

Ahí quedó liberado e inicio una caída hacia la superficie con apoyo de su propulsor. Todo fue bien hasta que llegó el momento de que el paracaídas supersónico no pudo atrapar el aire en su rápido movimiento.

Esta nueva tecnología de deceleración es necesaria para el envío de cargas superpesadas a Marte. "En este momento, estamos en el límite tecnológico de lo que podemos aterrizar en Marte en términos de tamaño y peso," declaró Steve Jurczyk, administrador asociado del Directorio de Misiones de Tecnología Espacial de la NASA, durante una conferencia de prensa previa al lanzamiento el 1 de junio.