Fernando Sánchez (Málaga, 1973), compaginó sus estudios de periodismo con los de hostelería y restauración. Cuando el periodismo tradicional empezó a decaer, tenía que reinventarse y metió en una batidora todos sus conocimientos y encaminó su vida al periodismo gastronómico. Esto le ha llevado a realizar la primera tesis doctoral sobre Periodismo y Crítica Gastronómica, que fue calificada con sobresaliente cum laude.

¿Cómo decide centrar su carrera en el periodismo gastronómico?

Decidí unir en una batidora, aunque ahora debería decir una termomix, todas mis pasiones que eran la gastronomía y el periodismo. Hay que buscar una especialización y la mía fue la gastronomía. Encontré un futuro ahí y salió todo adelante.

De ahí a realizar su tesis doctoral que es la primera sobre este tipo de periodismo.

Dentro de los géneros de opinión y periodísticos en general, la crítica es el género más importante. Mi tesis es la primera en el mundo sobre la crítica gastronómica. Para realizar una tesis hay que buscar algo sobre lo que no haya hecho antes nada y encontré que sobre mi pasión no se había estudiado nada y se podría abrir una nueva línea de investigación

La tesis la ha editado en español y en inglés, por las que ha ganado importantes premios.

La edición inglesa ha ganado el Prix de la Littérature Gastronomique a la Mejor Publicación Gastronómica del Mundo por votación unánime de la Academia Internacional de Gastronomía. Y también la española el Premio de la Academia Vasca de Gastronomía a la Mejor Publicación Gastronómica del Año.

Y no se olvida de sus raíces, ha investigado sobre las maneras de cocinar el arroz en Málaga.

Organizando el Congreso Mundial del Arroz en Valencia parecía que era un producto exclusivo de ellos y pensé que Málaga seguro que había muchas formas y muy buenas de cocinar el arroz. Me prometí demostrarlo por escrito y descubrí más de 200 maneras constatadas de cocineros profesionales de preparar el arroz.

Ahora está intentando investigar el gazpachuelo.

Por ahora tengo documentadas más de cincuenta formas de cocineros de realizar el gazpachuelo malagueño. Es muy característico porque en cada pueblo y comarca de Málaga se usan ingredientes. Pero ya no es sólo en cada municipio, cada cocinero le aporta su toque personal. Es un plato muy local al que cada uno aporta lo suyo.

Entre tanto buen plato y siempre rodeado de alta cocina, estoy seguro de que tiene su favorito.

Es ponerme en un aprieto. Son muchos tipos de cocina y es difícil elegir uno. He trabajado con los mejores, Arzak, Martín Berasategui... Pero creo que es Martín Berasategui el mejor cocinero del momento. Me gusta mucho su cocina.

Y, ¿cuándo va a comer a un restaurante nota mejor trato por que una crítica suya puede afectar a un restaurante?

Personalmente creo que no, creo que a ese nivel de cocina se trata a todo el mundo por igual. La única diferencia que sí encuentro es que como saben que no puedo volver otro día sí me sacan más platos para probar, pero sólo eso. En estos restaurante se mueve mucha gente y a todos nos tratan por igual en ellos.