'El peque', como llaman cariñosamente las veterinarias del centro Tao Vet (Tenerife) a un pastor alemán en silla de ruedas, busca un hogar. El perro, de nueve años, vive a caballo entre la clínica veterinaria y una residencia canina hasta que encuentre unos nuevos dueños. Pero el tiempo se agota. Desde el centro hacen un llamamiento desesperado para salvarlo. "No queremos ni pensar en el sacrificio pero lo cierto es que no hemos encontrado una casa para él y cada vez tenemos menos tiempo", asegura la veterinaria, Mónica Burgos.

El perro, ajeno a todo lo que ocurre a su alrededor, corretea de aquí para allá en su silla a la caza de la pelota que Burgos le lanza una y otra vez. "Es muy activo y le encanta la gente", sostiene la veterinaria. Al peque, como a la mayoría de pacientes de Tao Vet, le diagnosticaron una hernia discal. "Fue muy poco a poco. Primero le costaba levantarse y después empezó a estar muy débil. Le hicieron las pruebas y descubrieron la enfermedad", aclara Burgos.

Hace casi un año lo operaron. "Lo pasó muy mal", recuerda Burgos. Tras la intervención, el pastor soportó cuatro meses de fiebres altísimas, dolores e infecciones. "Le tuvieron que hacer un trasplante de células mesenquimales. Según tengo entendido es el primer perro de canarias que se somete a una intervención de este tipo", aclara Burgos. Y el trasplante funcionó. "A los 15 días se recuperó. Los glóbulos rojos se le dispararon y la anemia desapareció", sostiene su veterinaria.

Desde entonces, el peque se trata en el centro portuense. "Aquí le hacemos la hidroterapia, que es muy beneficiosa para él, ya que le ayuda a descontructurar toda la parte delante del esfuerzo de la silla", detalla Burgos. Además, le dan láser y masajes. "Es un perro que requiere de muchos cuidados especiales", añade la veterinaria. Por eso, sus antiguos dueños no pueden seguir haciéndose cargo del pastor. "Ya lleva unos dos meses con nosotras. Es una situación complicada", sostiene Burgos.

Las veterinarias del centro se deshacen en halagos hacia su peque. "Es un perro muy noble, aunque eso sí, muy comilón", asegura Burgos mientras le tira un poco de pienso que el animal pilla a la primera. No obstante, Burgos destaca que los nuevos dueños deben estar preparados. "Mucha gente se nos ha ofrecido, pero luego te das cuenta de que trabajan diez horas al día o viven en un piso y el pastor necesita una atención especial", detalla Burgos. Ella ofrece gratuitamente el servicio de rehabilitación a la familia que lo acoja. "Haré lo que sea", concluye.