­Esta próxima madrugada los relojes deberán retrasarse una hora y a las 03.00 volverán a ser las 02.00, poniendo fin al horario de verano y recuperando la hora de invierno. El cambio, por el que este domingo 25 de octubre se dormirá una hora más, obedece al cumplimiento de la Directiva Europea del Cambio de Hora que pretende favorecer el ahorro energético.

El cambio de hora y la vuelta al horario de invierno comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación.

De acuerdo a las estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), con carácter general el potencial de ahorro en iluminación podría suponer un 5%, lo que equivaldría a 300 millones de euros de ahorro según los precios vigentes. De esa cantidad, 90 millones correspondería al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.

La fecha para el inicio de la hora de verano y su finalización se producen el último domingo de marzo y el último de octubre, respectivamente. La vocación de permanencia de la directiva permite que ciudadanos e instituciones públicas y privadas de la UE conozcan con anticipación las fechas del cambio horario para planificar su actividad sin necesidad de esperar a norma futura.

Según un estudio sobre el alcance y los efectos de la medida realizado por la Comisión Europea, el cambio de hora tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo y el ocio.