Este sábado 31 de octubre pasará 'rozando' la Tierra un enorme meteorito. Se trata del asteroide 2015 TB145, que tiene unos 400 metros de largo y viaja a 35 kilómetros por segundo. Para hacernos una idea, es cuatro veces más grande que un campo de fútbol. Pasará a 480.000 kilómetros de nuestro planeta, una distancia muy lejana pero se acercará más de lo que suelen hacerlo habitualmente los asteroides.

Afortunadamente, no hay peligro para la humanidad, según aseguran desde la Agencia Espacial Europea (ESA). Pero, ¿qué pasaría si este objeto impactara contra la superficie terrestre?

El asteroide 2015 TB145 es el punto pequeño que se ve en el centro de la imagen. Foto: ESA

El impacto de un gran meteorito puede ocurrir en cualquier momento y no es fácil predecirlo ni evitar sus consecuencias. De ahí la necesidad, según los expertos, de vigilar el cielo nocturno por lo que pudiera ocurrir.

En primer lugar, no sería la primera vez que un meteorito gigante chocara contra el planeta. Hace unos 470 millones de años, un asteroide de unos 200 kilómetros de longitud explotó y dos fragmentos viajaron juntos 12 millones de años hasta chocar en la Tierra los dos a la vez. Lo hicieron en lo que hoy es Suecia, creando los cráteres Lockne y Målingen.

El primero, de 7,5 kilómetros de ancho, y el segundo, de unos 0,7 kilómetros, fueron originados por un objeto de unos 600 metros y otro más pequeño de 150, respectivamente.

El impacto más grande de un asteroide se produjo hace 2.000 millones de años. Entonces, un meteorito de entre 5 y 10 kilómetros de diámetro cayó sobre lo que hoy es Sudáfrica. El choque fue equivalente a 100 millones de megatones de dinamita, originando un cráter de 300 km de diámetro en el que se levanta en la actualidad la ciudad de Vredefort.

Roca eyectada por el impacto del asteroide desde el antiguo fondo del cráter Lockne. Foto: Jens Ormö/SINC

Pero el cráter más famoso es el de Chicxulub, ubicado en la península de Yucatán (México). Mide más de 180 kilómetros de diámetro y al meteorito que lo originó se le atribuye la extinción masiva de los dinosaurios hace unos 65 millones de años. La roca se estima que rondaba los 10 kilómetros de diámetro.

En caso de que cayera un asteroide de estas características en la Tierra a día de hoy, la vida tal y como la conocemos prácticamente desaparecería. Algunas de las teorías que manejan los investigadores indican que el citado meteorito causó megatsunamis que arrasaron con todo lo que encontraron a su paso.

La explosión que originó tuvo una potencia un millón de veces mayor que una bomba atómica. Esto generó una gran nube de polvo que cubrió la Tierra durante varios años. Las partículas de esta nube impedían la llegada de la luz a la superficie terrestre, lo que provocó una caída drástica de las temperaturas y la interrupción de la fotosíntesis de las plantas, clave para la vida.

A todo esto habría que sumar los incendios globales provocados por los trozos del asteroide eyectados a la atmósfera y los terremotos y erupciones volcánicas causadas por las ondas de choque, así como el dramático efecto invernadero debido a la liberación de CO2 consecuencia también del impacto y la destrucción de rocas carbonatadas. De esta forma se creó un medio hostil donde difícilmente nada podía sobrevivir.

¿Cómo evitar el impacto?

  • Mandar una nave y atar o atrapar el asteroide para llevarlo a otro sitio.
  • Como en las películas, colocar una bomba atómica y destruir el meteorito.
  • Lanzar una sonda que impacte sobre el objeto y desviarlo.
  • Usar una sonda espacial muy masiva que utilizaría la gravedad para remolcar al asteroide.
  • Ingenieros aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid diseñaron un sistema para, desde un satélite, proyectar un plasma de iones acelerados contra un asteroide para cambiar su trayectoria.
  • Un sistema para convertir la radiación solar en rayos láser que destruyan el asteroide.
  • Pintar el asteroide de negro, blanco o de un color reflectante, cambiaría el llamado efecto Yarkovsky, uno de los factores que determinan su movimiento.