Bolas y bombos ya están preparados en el escenario del Teatro Real de Madrid, aguardando a que este martes comience la magia del Sorteo Extraordinario de Navidad que va a repartir 2.240 millones de euros en premios.

Las puertas del teatro, que por cuarto año consecutivo va a acoger la celebración del sorteo de la Lotería de Navidad, han sido precintadas por el personal de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) hasta mañana a las 8 de la mañana (7.00 GMT), cuando volverán a abrirse para que comience el espectáculo.

Los bombos del Sorteo llevan una semana esperando a 16 metros bajo el suelo del escenario del teatro, sobre el que se han seguido representando las funciones de Rigolleto, la ópera en cartel.

Mientras se conocían resultados electorales en la madrugada del domingo, en el Teatro Real se vivía un panorama muy diferente, trabajando para instalar el escenario azul y dorado de este año.

Un equipo de unas cincuenta personas ha sido el encargado de subir los bombos del Sorteo de la Lotería de Navidad, instalar la tolva donde se depositarán las bolas para introducirlas en los mismos, la trompeta y la copa de cristal donde caerán las bolas "afortunadas" y la mesa presidencial desde donde se comprobará que todo es correcto."Lo tenemos todo estudiado y ha ido perfecto", ha explicado a Efe Jesús Mayoral, director de operaciones de juego de LAE, refiriéndose a los preparativos que son similares año tras año, así que ha asegurado que "es muy difícil" equivocarse. Sin embargo ha advertido que "parece una cosa bastante simple, pero por detrás hay mucha tecnología".

Los dos grandes bombos del Sorteo dorados de metal tienen sustitutos entre bambalinas por si hubiese cualquier problema durante el sorteo, y en ellos se introducirán 100.000 bolas con los números y 1.807 bolas con los premios. Todas las bolas, de madera de boj, tienen el mismo peso y tamaño (tres gramos y 18,8 milímetros de diámetro), y los dígitos están grabados en ellas con láser para que bolas con muchos números, como el 888.888, no tengan más peso que otras y con ello más probabilidades de caer por la trompeta.

Entre cinco personas cuelgan las bolas contenidas en las liras en los paraguas, unas estructuras de metal dorado donde estarán expuestas hasta mañana para que antes del sorteo quien quiera pueda comprobar que su número está ahí. No habrá novedades respecto a la ceremonia del año pasado, con los mismos premios y los mismos uniformes para los niños y niñas de San Ildefonso, pero sí las hay en el escenario, que como ha explicado Mayoral "cambia cada año para adecuarse a la campaña de publicidad desarrollada".

Los paneles laterales y posteriores de este año recuerdan una noche estrellada y en ellos se lee su eslogan: "el mayor premio es compartirlo". Y aunque no habrá novedades, sí puede haber alguna sorpresa porque Justino, según ha asegurado el director de operaciones de juego, puede que esté presente. Los niños y niñas de San Ildefonso han estado por la tarde ensayando con bolas de madera similares a las que se utilizarán y mañana volverán todos juntos en un autobús muy pronto para prepararse para "su gran momento". Aún no hay datos oficiales de venta de lotería, pero Jesús Mayoral es optimista y ha dicho que "las expectativas son buenas" porque "el entorno de mejora económica va a incidir positivamente en la venta".

A las ocho de la noche ha quedado todo preparado, las puertas principales del palco de butacas se cierran y se precintan, y los bombos se quedan en penumbra esperando para comenzar a girar este martes, el gran día del Sorteo de la Lotería de Navidad.