Hay dos cosas a las que nos resistimos enfrentarnos: Una, a nuestro armario, la otra, al espejo» señala la estilista Betty Halbreich en su manual Secrets of Fashion Therapist, una especie de Biblia para todos los interesados en cuestiones de moda y de estilo. A sus ochenta y siete Betty Halbreich continúa ejerciendo su sabiduría en ese arriesgado y a la vez fascinante paisaje que es el mundo de la moda, la fama y el guardarropa de las celebrities. Como la Estatua de la Libertad, el Central Park y los teatros de Broadway, Halbreich es parte inseparable del paisaje de Nueva York desde hace más de medio siglo. De Lauren Bacall a Candice Bergen, de Glenn Close a las protagonistas de series como Sexo en Nueva York y Gossip Girl, incluyendo en el listado a la plana mayor de la burguesía neoyorquina, han solicitado sus sabios consejos a la hora de poner a punto su armario. Como la propia Halbreich ha mencionado con humor, su profesión «es una mezcla de personal shopper, hada madrina y terapeuta familiar». Gracias a ella y a sus labores de «terapeuta» como señalaría un personaje de una comedia de Woody Allen, una buena parte de la alta sociedad de Manhattan se ha librado de un consumo excesivo de ansiolíticos, a cambio, eso sí, de llevarse a casa un par de zapatos valorados en 1.500 dólares.

Betty Halbreich (Chicago, 1928) estaba destinada a llevar una vida confortable y sin preocupaciones. Reunía belleza y clase, familia de buena posición, un matrimonio sin preocupaciones económicas y una vida burbujeante en el Nueva York de la posguerra. Todo eso en una sociedad que abrazaba el consumo como el nuevo paraíso terrenal incentivado por la publicidad y los cerebros creativos de la Madison Avenue, esos profesionales que décadas después la serie Mad Men convertirá en los nuevos héroes televisivos. Un divorcio unido a un periodo de depresión que acabará en un intento de suicidio ponen fin a «la vie en rose». Después de un tiempo de internamiento en una clínica psiquiátrica acude en su ayuda el diseñador Geoffrey Viene que le ofrece trabajar como vendedora en el espacio que dispone en los exclusivos y refinados almacenes Bergdorf Goodman de Nueva York.

A la vista de sus pocas habilidades con la caja registradora Halbreich pasa a ejercer de personal shopper en los almacenes, un trabajo de asesoramiento que distingue a Bergdorf de los otros centros comerciales de la ciudad. Rápidamente se hace con una agenda que incluye artistas de Hollywood, estrellas televisivas, damas de la buena sociedad neoyorquina que puntualmente pasan por su «consultorio». Entre su clientela destaca la humorista Joan Rivers, conocida por su verbo afilado. Durante un periodo de crisis Rivers le hace llegar un pastel de chocolate con forma de pistola. «Querida, no te dispares, mejor, ¡cómetelo!».

Autoridad

Como recoge el documental Esparcid mis cenizas en Bergdorf (Matthew Miele, 2013) la figura y autoridad estilística de Halbreich ha señalado en todos estos años la vida social neoyorquina desde su privilegiado mirador de los almacenes Bergdorf. Diseñadores como Karl Lagerfeld o Marc Jacobs comparten protagonismo en el documental donde sobresale la figura de esta mujer octogenaria que ha acabado determinando el estilo de la sociedad a lo largo de cinco décadas. Al documental se ha unido el libro de memorias, I’ll Drink to That, que repasa su trayectoria personal y profesional entre probadores y secretos de celebrities. El título del libro I’ll Drink to That (Brindo porque sea así) que Halbreich ha elegido para sus memorias hace referencia a la canción «Ladies who lunch», que el compositor Stephen Sondheim convirtió en un retrato vitriólico y desesperado de la burguesía neoyorquina en el musical Company.

Quizás, en ese juego de palabras del libro, Halbreich haya querido realizar una pequeña venganza sobre todas esas elegantes y ociosas señoras de Park Avenue que durante más de cuatro décadas ha tenido que soportar y dar consejos por lo que se refiere a la elección de su guardarropa personal. Otro de los proyectos que le esperan tiene como autora a la creadora de la serie Girls, la directora y actriz Lena Dunham que ha manifestado su intención de hacer una serie sobre Halbreich. Desde luego frases para los diálogos de la futura serie no le van a faltar: «Cuando la gente se quita la ropa abren de par en par su alma». Palabra de Betty Halbreich.