Un equipo de científicos ha usado instalaciones de la NASA para recrear el impacto de un asteroide contra la superficie lunar. Los resultados han excedido todas las estimaciones que hasta ahora se tenían sobre cómo se generó uno de los accidentes geográficos de la Luna que son visibles desde nuestro planeta.

Hace 3.800 millones de años, en los comienzos de nuestro Sistema Solar, la Luna sufrió el impacto de un enorme asteroide. Era un fenómeno habitual por entonces, en una etapa conocida como la del "Bombardeo Intenso Tardío". Muchos astrónomos creen que ese suceso es el origen del Mare Imbrium, una superficie con 1.300 km de diámetro que constituye uno de los cráteres más visibles de nuestro satélite desde la Tierra.

Pero ni los análisis informáticos más tremendistas habían determinado que el choque fuera tan fuerte como afirma el equipo de Peter Schultz, astrónomo de la Universidad Brown (EE.UU), ni que el asteroide que lo causó fuera tan grande. Estos científicos han llegado a la conclusión de que, por tamaño, el cuerpo celeste que impactó y dio lugar al Mare Imbrium tuvo que ser un protoplaneta de unos 250 km de diámetro (el doble de las estimaciones más altas realizadas hasta ahora), liberando más de un billón de megatones de energía en el proceso.

Sus resultados acaban de ser publicados en la revista 'Nature', y resuelven el gran enigma de este asunto: si el asteroide llegó desde el noroeste e impacto en el sureste del actual Mare Imbrium, ¿por qué nos encontramos el mismo tipo de grietas en el otro extremo de este accidente geográfico?

El equipo de Schultz acudió al Campo de Tiro Vertical del Centro Ames de la NASA, un lugar provisto con placas de impacto, cámaras de alta velocidad y un cañón capaz de disparar proyectiles a velocidades por encima de los 25.000 km/h. Allí simularon impactos hasta obtener un patrón extrapolable mediante modelos informáticos: "en este trabajo reconocimos un patrón específico de impactos oblicuos y aislamos los fragmentos usando una superficie curva, similar a la de un cuerpo de gran tamaño que choca con la Luna".

De acuerdo a estos ensayos, las grietas en el noroeste del Mare Imbrium se explican por los restos de entre uno y dos kilómetros de diámetro que saltaron tras el choque.

El choque de este asteroide también explica por qué las misiones Apolo recogieron tantos restos de meteoritos sobre la superficie lunar. En concreto, la misión Apolo 16 se dedicó a recoger muestras de la materia que quedó esparcida tras este impacto.

A Schultz no le cabe duda de que este tipo de choques también forman parte de la Historia de nuestro planeta: "La Tierra fue golpeada muchas más veces por otros protoplanetas", explica Schultz. "Debió haber unas cinco veces más impactos como el de Imbrium e incluso mayores en ese periodo".

Más información en Onemagazine.