Por primera vez, astrónomos han medido el movimiento de estrellas dentro de una reciente clase de galaxia casi invisible. Revelan que pesa tanto como la mucho más brillante Vía Láctea.

Estas galaxias ultradifusas no llamaron la atención hasta el año pasado, después de que Pieter van Dokkum de la Universidad de Yale, y Roberto Abraham de la Universidad de Toronto, construyeron una serie de teleobjetivos sensibles denominados Dragonfly. Los astrónomos y sus colegas observaron el cúmulo de galaxias Coma, a 101 megaparsecs (330 millones de años luz) de distancia y detectaron 47 débiles manchas.

"No podían ser reales", recuerda van Dokkum que pensó cuando vio las primeras galaxias en su ordenador portátil. Pero su distribución en el espacio coincidía con las otras galaxias del cúmulo, indicando que eran miembros verdaderos. Desde entonces, cientos de estas galaxias han aparecido en el cúmulo de Coma y en otros lugares.

Las galaxias ultradifusas son amplias como la Vía Láctea - que es mucho más grande que la mayoría - pero brillan vagamente como meras galaxias enanas. Es como si una ciudad grande emitiera la luz nocturna de un pueblo.

Para estudiar mejor estos espectros celestiales, el equipo de Van Dokkum observó una de los más grandes y brillantes de ellas, una galaxia denominada Dragonfly 44, en el cúmulo de Coma. La galaxia emite el 1% de la luz emitida por la Vía Láctea, informa Nature.com.

Usando el telescopio de 10 metros Keck II en Mauna Kea, Hawai, los observadores midieron la anchura de la línea espectral para deducir la masa de la galaxia. Cuanto más masiva es una galaxia, más rápidamente se mueven las estrellas unas respecto a otras. Estos movimientos amplían la línea espectral a través de desplazamientos Doppler, o del cambio en la longitud de onda de la luz emitida por un objeto, dependiendo de su movimiento relativo para un observador. Combinando datos de seis noches de observación, los astrónomos encontraron que las estrellas se movían entre sí a velocidades de más de 47 kilómetros por segundo.

Este resultado indica una galaxia masiva, de aproximadamente el peso de la Vía Láctea. Si la distribución de la masa de la galaxia continúa más allá de los confines visibles de la misma manera que lo hace en nuestra galaxia, Dragonfly 44 es alrededor de un billón de veces más masiva que el Sol. Por otra parte, la galaxia posee cerca de 90 cúmulos globulares, 10 veces más que una galaxia de baja masa típica tan tenue como esta. De nuevo, esto argumenta que Dragonfly 44 es enorme.

Estas masivas galaxias suelen ser eficientes en la conversión de la mayoría de su gas en estrellas. Sin embargo, Dragonfly 44 es un mero bache en términos de brillo, lo que los investigadores denominan como 'galaxia fallida'.

"Es una especie de versión oscura de la Vía Láctea", dice van Dokkum. "Por cada 100 estrellas que la galaxia debería estar produciendo, se forma solamente una".

Abundan las ideas de por qué las galaxias ultradifusas tales como Dragonfly 44 fallaron en desarrollar su potencial. Tal vez un quásar en el centro de la galaxia expulsó el gas al exterior, o puede ser que gas caliente en el cúmulo de Coma despojase de gas a la galaxia.