Un estudio del animal más longevo de la Tierra, la almeja de quahog, ha proporcionado a los investigadores una visión sin precedentes de la historia de los océanos. Al estudiar la química de los anillos desarrollados en las conchas de la almeja de quahog, un equipo internacional liderado por expertos de la Universidad de Cardiff y la Universidad de Bangor, en Reino Unido, han reconstruido la historia del Océano Atlántico Norte durante los últimos mil años y descubierto cómo su papel en el clima atmosférico ha cambiado drásticamente.

El equipo de investigación mostró que antes del periodo industrial (antes del 1800 dC), los cambios en el Océano Atlántico Norte, provocados por las variaciones en la actividad del Sol y las erupciones volcánicas, impulsaban nuestro clima y provocaban cambios en la atmósfera y el clima. Sin embargo, esto ha cambiado durante el periodo industrial (1800-2000) y los cambios en el Atlántico Norte ahora están sincronizados con las alteraciones en la atmósfera, lo que los investigadores creen que podría deberse a las influencias de los gases de efecto invernadero.

Los resultados, que se detallan en un artículo publicado en 'Nature Communications', son extremadamente importantes en términos de discernir cómo los cambios en el Océano Atlántico Norte pueden impactar en el clima y el tiempo en el Hemisferio Norte en el futuro. La almeja del quahog es un molusco comestible nativo de los mares de la plataforma continental de Norteamérica y de Europa que puede vivir durante más de 500 años.

La química en los anillos que se desarrollan en las conchas de la almeja --que se producen de forma muy parecida a los anillos que crecen anualmente en el centro de los árboles-- puede actuar como un representante de la composición química de los océanos, permitiendo a los investigadores reconstruir una historia de cómo han cambiado los océanos en los últimos mil años con una precisión de fechas sin precedentes.La variabilidad marina influye en los cambios de temperaturas del aire

Al comparar este registro con registros de variabilidad solar, erupciones volcánicas y temperaturas atmosféricas del aire, los científicos construyeron un amplio panorama e investigaron cómo cada una de estas cosas se han vinculado entre sí a lo largo del tiempo. "Nuestros resultados muestran que la variabilidad solar y las erupciones volcánicas desempeñan un papel importante en la variabilidad de los océanos en los últimos 1000 años", señalan los investigadores.

Los resultados también mostraron que la variabilidad marina ha desempeñado un papel activo en impulsar cambios en las temperaturas del aire en el Hemisferio Norte en la era preindustrial. "Esta tendencia no se observa durante el periodo industrial, momento en el que los cambios de temperatura en el Hemisferio Norte, impulsados por forzamientos artificiales, preceden a la variabilidad en el medio marino", añaden.

Hasta ahora, las observaciones instrumentales de los océanos sólo se han extendido a lo largo de los últimos cien años y las reconstrucciones que utilizan núcleos de sedimentos marinos tienen incertidumbres de edad significativas. Esto ha limitado la capacidad de los investigadores para mirar más atrás en el tiempo y examinar el papel que juega el océano en el sistema climático más amplio utilizando esos análisis estadísticos detallados.