Los yuccies, los fitsers y los metroespirituales son los tres nuevos estilos que reinan en la nueva masculinidad del siglo XXI y los responsables del ocaso de la era hipster y sus dos principales enseñas: las camisas de cuadros y la barba, que ya no se llevan.

Así lo pone de manifiesto la experta en nuevas tendencias y tribus urbanas, la socióloga Berta Segura, artífice de un nuevo estudio que analiza las tendencias estilísticas masculinas y del que se extrae la coexistencia de los llamados yuccies, fitsers y metroespirituales en lo que a masculinidad se refiere.

"Si en el pasado la idea de masculinidad se construía a través del éxito y el poder, hoy en día el hombre prefiere dejar que sean sus pasiones, hobbies y estilo de vida quienes le definan" precisa Segura.

Este nuevo panorama estético está encabezado por los 'yuccies' (Young Urban Creative), cuya seña de identidad es un look minimalista y fresco. Se trata de hombres preocupados por el desarrollo de su creatividad y talento, de estilo cómodo y cosmopolita. Son hombres en su mayoría emprendedores, tecnológicos, que van siempre a la última y cuyos referentes estilísticos encarnan a la perfección los actores Ryan Gosling, Ryan Reynolds o Robert Pattinson.

En un extremo opuesto se situarían los 'fitsers', hombres que cuidan al milímetro su aspecto físico, asiduos al gimnasio y adictos a Instagram, cuya enseña es un cuerpo con músculos definidos y perfectamente depilado, que conjugan un estilismo deportivo con toques sofisticados. Un prototipo que evocaría el estilo del actor Vin Diesel o el cantante Justin Bieber.

Por otro lado, estarían los 'metroespirituales' de look con reminiscencias hippies pero de aspecto más cuidado, característicos por ser defensores de diversas causas, aficionados al yoga y a la comida orgánica. Prototipo que se asemejaría al de los famosos Ashton Kutcher, Richard Gere o Johnny Depp.

Respecto a la masculinidad del futuro, la socióloga Berta Segura asegura que ya se está empezando a dibujar en las generaciones más jóvenes un estilo más atrevido marcado por un look andrógino "donde las fronteras entre lo masculino y femenino se diluyen".